Limay Blanco hizo entrega este fin de semana de una vivienda comprada gracias a donaciones, que irá destinada a la cubana madre de tres hijos que vendió su pelo para darle de comer a los menores.
"Entrega de la casa # 23. Esto es gracias a Dios y a ti, sí a ti por ayudarme a ayudar. Dios nos bendiga mucho. Compártelo para que el que donó se entere que lo logramos", escribió en Facebook el humorista y filántropo.
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Limay precisó que ya empezaron a recaudar para la casa número 24, que irá destinada a la madre de nueve niños a quienes el humorista ya ha realizado algunas donaciones previas, entre ellas un refrigerador.
Un video compartido por Limay este lunes muestra la emoción de la madre de los tres niños al ir descubriendo las diferentes estancias de la casa que, como en casos anteriores, está totalmente equipada con muebles y electrodomésticos gracias a la donación generosa de muchas personas.
"¡Qué lindo, la verdad que ustedes se escaparon aquí! Todo está bello, todo está lindo, lindo", dijo la cubana, que aprovechó para agradecer a quienes hicieron posible que ella pueda disponer de una vivienda propia junto a sus tres niños.
"La gente que los critican a ustedes están perdidos. No saben lo que se están perdiendo con ustedes", añadió la mujer.
A inicios de este mes, Limay Blanco compartió con sus seguidores cuánto se había recaudado desde Cuba y Estados Unidos para la vivienda entregada ahora, y pidió un último esfuerzo para completar los cinco mil dólares que costaba la vivienda.
El humorista indicó que desde EE.UU. se habían recaudado hasta ese momento 1,200 dólares y desde la isla 1,600; lo que sumab 2,800 dólares, y precisó que restaban por reunir otros 2,190 dólares para completar el dinero.
Limay se ha convertido en los últimos años en un auténtico filántropo que ha sorprendido por su capacidad para resolver problemas a familias cubanas que subsisten en condiciones de extrema vulnerabilidad.
A través de su proyecto humanitario, sostenido gracias a las donaciones de personas generosas, Limay Blanco ha logrado entregar hasta ahora un total de 23 viviendas a familias vulnerables del país, y su aspiración es llegar a cien.
"La mano que da, nunca se va a quedar vacía", es una de sus máximas.
No obstante, su labor también le trae algunos contratiempos. Hace pocas semanas alertó de un estafador que se hacía pasar por él para pedir dinero. A ello se suman las personas que le tocan en la puerta a altas horas de la madrugada para pedirle comida u otras cosas.
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