Una familia de La Habana vive en un edificio en peligro de derrumbe y las autoridades hacen caso omiso a su situación, a pesar de que algunos de sus miembros tienen enfermedades crónicas, contó a CiberCuba una fuente cercana a ellos.
Alberto Lores, de 96 años: su nieta Alba Rosa Morales y el bisnieto Adonis, de 23, residen en un solar, ubicado en el número 368 de la calle Lamparilla, cerca de la plaza del Cristo, Habana Vieja. El anciano vive ahí desde 1976.
"Ni en el Gobierno ni en Vivienda atienden a Alba Rosa, espero que se pueda hacer público su problema", pidió Bladimir Ayala, que se conmovió con esta situación.
La fuente contó que el señor padece de bronquiectasia, una enfermedad en la que las vías respiratorias mayores de los pulmones se dañan; el bisnieto sufre de una hemiparesia (parálisis cerebral parcial) y es sordo.
"Estoy seguro que al edificio le queda poco para derumbarse", aseveró Ayala.
Alba Rosa Morales se ha dirigido a diferentes instancias gubernamentales para plantear su situación, entre ellos la trabajadora social y la delegada de la circunscripción, pero alegan que no tienen una respuesta para ella.
"A nadie le importa un bledo, ni a la delegada, Yamilet Jerez Mejías, que también es doctora y sabe los problemas de salud que tienen", denunció la fuente cercana a la familia.
Alba Rosa Morales cobra un salario de 2185,00 CUP y con eso debe cubrir todas las necesidades de la familia, porque la pensión de 1528.00 CUP de su abuelo es solo para adquirir los medicamentos que este necesita.
Al hijo le suspendieron hace un año una chequera que cobraba y desde entonces la mujer sobrevive como puede, con un dinero que no alcanza para casi nada.
CiberCuba tuvo acceso a varias fotografías que demuestran el estado de deterioro del edificio.
Paredes agrietadas, tanto que se puede introducir la mano; el piso en la puerta de entrada se hundió, pedazos del techo que se caen y dejan ver cabillas oxidadas; humedad y filtraciones, entre otros, son los problemas estructurales que tiene el edificio, y en especial la casa donde malvive esta familia.
"Tengo la esperanza de que ahora, con esta denuncia, las autoridades hagan lo que corresponde y busquen una solución para ellos y para los otros vecinos que viven en un edificio en peligro de derrumbe", concluyó Ayala.
Las autoridades de Vivienda en La Habana Vieja no han contestado los mensajes enviados por esta redacción.
El problema de la vivienda es un asunto pendiente por las autoridades cubanas, que desde la aplicación de la Tarea Ordenamiento han atrasado los planes de construcción de casas y encarecieron las acciones de reparación en edificios multifamiliares.
En la capital cubana, muchas familias viven en solares, que constituyen un riesgo para sus vidas, porque se trata de estructuras con muchos años de explotación y casi ningún mantenimiento.
Aunque estén situadas en el centro histórico de la ciudad, declarada patrimonio por la UNESCO, siguen a la espera de acciones constructivas que impidan su continuo deterioro. Los edificios que se derrumban son demolidos y los damnificados son reubicados en albergues, donde esperan por años a que construyan nuevas viviendas.
La sociedad civil independiente señala que muchos de esos espacios son abandonados por el gobierno porque tienen el propósito de construir edificaciones vinculadas al turismo.
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