Israel Rojas y Yoel Martínez, integrantes del dúo Buena Fe y acérrimos defensores del régimen cubano, vuelven a España luego de la amarga experiencia sufrida en su última gira por este país, en la que activistas de la sociedad civil se movilizaron para boicotear y cancelar sus presentaciones.
Apenas transcurridos dos meses desde su anterior gira por España, en la que personal de la embajada y simpatizantes del régimen agredieron a dos activistas que se manifestaron durante un concierto del dúo en Madrid, desencadenando el rechazo del exilio cubano, Buena Fe vuelve en septiembre a saltaperiquear por la península.
Apoyados por las redes de solidaridad con el régimen cubano, los músicos se presentarán el próximo 16 de septiembre en el salón de actos del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) en Alcalá de Henares, organización vinculada en su fundación al Partido Comunista de España, que los presenta en sus redes sociales como "un referente indiscutible de la música fusión".
Luego de varias cancelaciones (Barcelona, Salamanca o Zamora, entre otras) y manifestaciones de activistas cubanos en conciertos de escasísimo aforo, el dúo concluyó su polémica gira por España con un concierto celebrado en el auditorio Marcelino Camacho, ubicado en la sede central de CCOO de Madrid.
A pesar de su insistencia en que hubo una "enorme afluencia de público", la sala - con capacidad para unas 1,200 personas- se vio medio llena de defensores y funcionarios del régimen que portaron banderas del 26 de julio entre otros emblemas típicos de la dictadura.
Esta vez, sin embargo, los músicos no tocarán en los cuarteles generales de CCOO, sino que lo harán en una pequeña sala del sindicato en Alcalá de Henares, con aforo para 218 asistentes. Otras presentaciones en España o Europa no han sido anunciadas hasta el momento.
Después de un primer concierto de Buena Fe el pasado 13 de mayo en Madrid, donde el cónsul cubano agredió a activistas de la isla que gritaron la consigna “Patria y Vida”, varias ciudades españolas cancelaron las presentaciones de la agrupación que ya estaban programadas.
Encarados en varios espacios por exiliados cubanos, finalmente los músicos tuvieron que presentarse en salas alternativas de varias ciudades, ofreciendo espectáculos gratuitos e incluso, actuando en mítines políticos de partidos de extrema izquierda en España.
Tras una gira por México, en la que cantaron en enclaves del régimen como la Embajada y Havanatur, la agrupación regresó a Cuba para iniciar una "gira por los barrios" de la capital, al estilo del cantautor Silvio Rodríguez, así como otras actuaciones promovidas por las instituciones y funcionarios del régimen para publicitar su último álbum, Morada.
A la vuelta de su accidentada gira por España, Rojas reconoció “pérdidas económicas”, pero rechazó “agasajos y honores” ofrecidos por el régimen porque no querían “capitalizar estos sucesos para beneficio personal”.
Funcionarios como el ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso, el presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, o la diplomática Yohana Tablada mostraron su solidaridad y gratitud a los músicos. Antes, desde el gobernante Miguel Díaz-Canel hasta el ministerio del Interior o las Fuerzas Armadas cubanas, se habían pronunciado sobre el boicot sufrido por el dúo en España.
A mediados de junio, Rojas y Martínez emitieron un comunicado oficial en el que amenazaron con tomar acciones legales contra quienes intenten dañar su imagen. En el documento, enumeraron las razones que les llevaron a adoptar esta decisión, sobre la que no ofrecieron detalles.
Por un lado “la campaña de hostigamiento y odio” de la que han sido objeto, y por otro la violencia, que afirmaron haber puesto en peligro “la integridad física y seguridad de nuestros miembros, aficionados y representantes”, les obligaron a decir “basta”.
“Es tanta la carga y el ataque que estamos recibiendo que hemos decidido dar un golpe en la mesa y no consentir que esto siga sucediendo. Tenemos que protegernos y proteger a todos los que quieran disfrutar de nuestra música”, refirieron los músicos el citado texto.
La decisión, que supone la voluntad de demandar a activistas y manifestantes cubanos en España, así como la contratación de servicios legales para ello, no parece haber causado el efecto deseado entre estos actores de la sociedad civil en el exilio, que ya anuncian en sus redes sociales su intención de seguir denunciando la complicidad de Buena Fe con la dictadura.
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