Julita Osendi conversa en exclusiva con CiberCuba sobre su reciente salida de Cuba.
¿Saliste de Cuba definitivamente, cuándo?
Definitiva es la muerte. Yo vine a este país reclamada por uno de mis hijos, Henry, quien hace mucho tiempo me ha pedido que viniera. Llegué hace un mes.
¿Dónde estás viviendo?
Vivo en Cape Coral, Florida.
¿Qué estás haciendo?
Continúo escribiendo para Cibercuba que es la plataforma informática que me ha permitido “respirar”, sobrevivir en Cuba en la última década porque yo siempre he tratado de ser lo menos dependiente que he podido.
También está en fase de edición mi primer libro, compendio de un grupo de entrevistas de vida de deportistas, artistas y otras personas que han sido publicadas por mí en CiberCuba.
En estos días de play off de la pelota cubana he incursionado en los tik tok con una especie de Out en Home, aunque reconozco que esta pelota no tiene nada que ver con la que yo cubrí por tantos años.
¿Por qué te fuiste de Cuba?
Como te dije anteriormente, mi hijo Henry lleva muchos años insistiéndome para que yo me fuera y le di largas siempre. Pero ahora de veras que el oxígeno ha ido escapando de Cuba y no se puede respirar.
El discurso reiterativo de las autoridades, el apelar siempre a la misma causa que nos ha acompañado por más de 60 años años: el bloqueo, el escape de medicinas, la falta de comida porque NO hay con qué comprarla, el no poder ir a un teatro, algo tan necesario intelectualmente, porque no haya en qué ir y un auto del Cerro al Vedado cueste tres mil pesos ida y vuelta…realmente no se puede.
Esa Habana (multiplícala por Cuba) derrumbada, sucia, grosera; con personas que ya les da lo mismo 8 que 88. La carencia de agua, de luz ¡en fin! Ahí hay algunas causas.
Durante años fuiste defensora de la revolución ¿por qué has tomado esta decisión?
Defensora no; amaba la revolución, formé parte de ella como cientos de miles, millones, que hoy viven fuera de Cuba o están fallecidos creyentes que alguna vez aquello mejoraría. Pero como el agua se consume cuando la hierves, a mí los sueños se me evaporaron. Ver aquella cuadra mía con aquel edificio derrumbado; a mis vecinos de toda la vida muriendo en vida porque nadie ayuda, nadie resuelve; todo es una mentira. Día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año viviendo en la agonía del baño que no está, cocinando en la sala porque la cocina fue aplastada por el derrumbe.
Llevar un niño al médico y que te diga el excelente profesional que tienes enfrente que tiene que tomar tal y tal medicamento pero que lo busque “por fuera” porque no lo hay. Y dale a buscar la medicina a los que la llevan desde el exterior y venden más caro que mi sueldo de jubilada de 40 años de periodista. No es vida.
Ver cada día más rozagantes y gruesos a los que deben hacer que el país avance y el de al lado, muerto en vida ¡por favor!
Ese deporte que tanto amo, en el cual tengo tantísimos amigos, mis mejores amigos, hijos, hermanos, quedando a la zaga en los Juegos Centroamericanos; esa estampida de atletas que han buscado un futuro afuera, encaramados en podios de otros colores ¿a quién no le duele eso? Pero no les queda de otra y que conste, no estoy llamando a ninguna deserción; estoy diciendo lo justo que pasa.
¿Qué planes tienes?
¡Vivir, ser feliz! Por ahora, regresar pues tengo en Cuba parte de mi vida y no los voy a abandonar ¿sabes? no sé por qué se ha armado todo este lío por una simple foto que me tiró mi hermano. Yo he estado en Las Vegas cuatro veces, pero además he visitado New York, Washington, Chicago, Miami, varias ciudades de Pensilvania… No sé este revuelo ahora por qué.
¿Cómo ves el futuro de Cuba?
¿Cómo quieres que lo vea? Nada bien y arrastrando el mismo discurso. No quiero hablar de política pero lo cierto es que para nada se vislumbra un futuro luminoso cuando el presente es angustioso.
Aunque no me lo has preguntado quiero decir algo: los deportistas cubanos, para los que trabajé y amé siempre, son mis amigos e hijos donde quiera que estén. Nunca les hice daño ni a ellos ni a nadie. Esos que andan diciendo tal y más cuál que yo les hice, que no mientan.
Agradezco a todos los que me han llamado solicitando charlar conmigo pero yo no estoy aquí para eso. Estoy tranquila, junto a mi hijo Henry, su esposa, su hijo y estaré tranquila también cuando pueda ver al resto de mi corta familia, reunidos todos. Es difícil pero es lo que quiero.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (5)Archivado en: