Una madre cubana débil visual y con dos hijos discapacitados vive en peligro de derrumbe en Gibara, provincia de Holguín, según trascendió en una denuncia publicada en redes sociales.
“Adaris es una madre soltera, débil visual (es ciega de un ojo y tiene visión disminuida en el otro), que vive sola con sus dos hijos mellizos, ambos con necesidades especiales”, dijo la usuaria identificada como Johanna Jolá Álvarez en el grupo de Facebook ‘Huellas’.
En una publicación en la que solicitan ayudas para solucionar el problema de vivienda de esta familia, Jolá Álvarez denunció que “el equipo Huellas ha elevado el caso de Adaris a todas las instituciones, incluida la Oficina de Atención de la Población del Consejo de Estado y de Ministros y la Fiscalía General de la República”.
Acorde a la información publicada, en esta última instancia “se nos ha comunicado que el caso ha sido trasladado al Poder Popular de Holguín para su pronta solución”. Sin embargo, los activistas movilizados para ayudarles, avisan que la situación “es crítica y nos preocupa el riesgo que esta familia corre en tan penosa condición de vida”.
“Los vídeos demuestran la desesperación y lo terrible de la situación en la que se encuentran, con riesgo para sus vidas. En esa cocina, donde el techo cae a pedazos -como se puede ver en el vídeo de esta publicación- esa madre cocina a sus hijos. No hay un espacio en esa vivienda donde puedan estar seguros”, aseguró Jolá Álvarez.
La vivienda de Adaris Vigueras está ubicada en la Calle E #8A, en Gibara. “La vivienda está ubicada frente a la playa del Oro”, precisó la publicación.
“La alarma sigue sonando y ya no tenemos a quién más acudir para que esta familia no muera en un derrumbe total”, concluyó la denunciante, que aportó datos de los expedientes médicos de sus hijos para ilustrar la terrible situación que padecen la madre y sus hijos mellizos de 21 años, uno de los cuales está aquejado de una enfermedad que le obliga a estar postrado.
La urgencia de la situación movió a este grupo de activistas a compartir las cuentas del Banco Metropolitano donde se puede donar “ante tal situación de emergencia”: 9205 9598 7296 7865 en moneda nacional (CUP); y 9225 9598 7195 3060 en divisa (MLC).
Asimismo, compartieron las cuentas del Banco Popular de Ahorro habilitadas para recibir donaciones solidarias: 9206 1299 7259 2943 (en moneda nacional, CUP); y 9225 1299 7275 7238 (en divisa, MLC). El teléfono móvil para confirmar transferencia es el: +5355057111.
Este martes, trascendía que las vidas de una madre cubana, sus tres hijos menores de edad y su anciana mamá corrían peligro a causa de las precarias condiciones de la vivienda que habitan en Camagüey, que puede derrumbarse en cualquier momento.
“Mileisy Rosales Vázquez vive con sus tres hijos de 2, 11 y 12 años de edad, respectivamente, junto a su mamá, en una casa en peligro de derrumbe total”, reveló el periodista José Luis Tan Estrada en una publicación en redes sociales, donde reprodujo un testimonio de la mujer sobre el deplorable estado de la “edificación” donde pernocta con su familia.
Un día antes, Jolá Álvarez denunció las amenazas que recibió una madre que ocupó una vivienda abandonada con sus tres hijos en Pinar del Río. La mujer fue amenazada con seis años de cárcel y desalojo.
Odisleidis Chacón Godoy, madre de tres pequeños y residente en Puerto Esperanza, ocupó hace más de un año una cabaña abandonada con el conocimiento de las autoridades municipales, y ahora le advierten que se le aplicará la Resolución 17, que puede implicar privación de libertad, según trascendió en la denuncia de la internauta.
A finales de agosto, una madre cubana cuyo hijo menor de un año padece varias enfermedades crónicas, lanzó un desesperado grito de ayuda para resolver o al menos aliviar el problema de su vivienda, ante la dejadez y el maltrato que ha sufrido por parte de las autoridades.
Katia Almenares Álvarez, quien reside en el municipio camagüeyano de Sibanicú, acudió a la activista Diasniurka Salcedo Verdecia para que publicara su caso en Facebook.
Ella vive en una casucha de madera que casi no tiene techo, sin luz eléctrica, con su esposo y su bebé que nació prematuro de tiempo y peso. El niño estuvo varios días grave en el hospital, donde le descubrieron un soplo en el corazón, una epilepsia generalizada y una enfermedad celíaca.
"Tiene que tener oxigeno en la casa porque cuando le dan los ataques epilépticos no le llega oxígeno al cerebro. Yo me he dirigido varias veces al gobierno de mi municipio y a Vivienda también, y lo único que me dicen es que no me pueden ayudar y hasta me pelotean cada vez que voy", relató la activista.
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