Joel Suárez, un exdiplomático -ahora exiliado- que formó parte de la Misión cubana ante Naciones Unidas en el 2020, reveló detalles de la forma en que opera el régimen con su personal, entre ellos el poco dinero que les pagan, así como el "asesinato moral" a que someten a quienes quieren salirse.
“Estás viviendo en una de las ciudades más caras del mundo y les pagan una miseria, unos 200 ó 300 dólares. Es una forma de limitarles el movimiento […] Juegan con saber quién tú eres y saber cómo te pueden tener atado. Es puro chantaje”, explicó en pormenorizada entrevista con el periodista Mario Vallejo.
“El séptimo piso es la ratonera de esa Misión, donde están todos los represores reunidos. A mí no me consta que haya Inteligencia trabajando ahí, aunque seguramente la tiene que haber. Ellos tienen una compartimentación donde no se puede ir al séptimo piso", añadió.
Graduado del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), durante el tiempo que trabajó en la Misión cubana Joel Suárez asegura que se desempeñó en temas de medio ambiente y cambio climático, algo que considera una suerte porque nunca tuvo que hablar de derechos humanos ni de otros asuntos.
Interrogado sobre lo que lo hizo desligarse de la diplomacia, explicó que experimentar la libertad en carne propia fue lo que lo motivó a salirse.
“Vivir la libertad. Mientras uno está en Cuba uno no puede saber lo que es la libertad de expresión y cuáles son los horizontes que las personas podemos tener. Este país me dio la posibilidad de mirar por encima del muro y decir: ‘me han mentido toda la vida’”.
Suárez pone como ejemplo que en Estados Unidos apenas se habla de Cuba y que en Cuba la propaganda dicta que EE.UU. es el enemigo y que hay que enfrentarlo.
“¿Qué enemigo, cuando en realidad el enemigo es el gobierno cubano, que es el enemigo del pueblo cubano?”, cuestiona.
Cuenta que regresó a Cuba porque allí estaban su esposa y su hija y que, tras indicar en los mejores términos que no quería seguir, lo interrogaron en Villa Marista y hasta estuvo preso en Ciego de Ávila después de un intento de salida ilegal del país.
Después vino para él una época de asedio, impedimento para trabajar, algo que califica de "asesinato moral" y subraya que intentaron convertirlo en una "no persona".
Joel Suárez explica que él estaba aprobado en varias universidades en Europa y Estados Unidos pero que le vetaron toda forma de salida, como una auténtica “mafia” que toma venganza de las personas.
Suárez -que finalmente salió del país como balsero- cuenta que una de sus peores experiencias antes de escapar fue ir preso en un pueblo de Ciego de Ávila tras un intento fallido de salida ilegal.
“Ahí supe lo que era una cárcel en Cuba. Hay que vivirlo, hay que experimentarlo para saber lo que es la represión, el abuso, la falta de derechos, la falta de dignidad en que viven los presos políticos en Cuba”, detalló.
“En Cuba todos tenemos que fingir, lamentablemente. Siento un cargo de conciencia por haber trabajado para esta gente, porque nos usan, usan a todos los cubanos que no tenemos otra posibilidad mientras estamos en esa isla para exponer nuestra verdad”, concluyó.
Miguel Díaz-Canel llegó este domingo a la sede la ONU, acompañado de su esposa Lis Cuesta, en representación del Grupo de los 77 y China, del cual Cuba ocupa la presidencia pro tempore. En su primera actividad oficial, el mandatario se reunió con los diplomáticos cubanos que trabajan en la Misión Permanente de Cuba en Naciones Unidas.
Como es habitual, el gobernante aprovechó la ocasión para acusar al gobierno de EE.UU. de haber intentado impedir el correcto desarrollo de la Cumbre G-77, que sesionó en días pasados en Cuba.
Este martes, exiliados cubanos en Estados Unidos y simpatizantes del régimen castrista se enfrentaron en Nueva York, frente a la sede de la Misión Permanente de Cuba ante la ONU.
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