Las croquetas explosivas cubanas han vuelto a ser noticia en la isla, donde acumulan al menos dos nuevas víctimas en la última semana.
Este sábado el cubano identificado en Facebook como "Mkc Cerralvo", residente en Villa Clara, posteó una foto de su propio cuerpo, con una lesión provocada por una de estas croquetas.
Hace apenas dos días el cronista Bertico San Luis Hernández Hernández denunció haber sufrido severas lesiones en su rostro mientras freía las polémicas croquetas explosivas que venden la industria alimentaria del régimen.
El hecho ocurrió el pasado 12 de noviembre cuando el escritor se encontraba friendo unas croquetas y una de ellas explotó en su cara, causándole lesiones en la córnea y pérdida temporal de la visión.
Cerralvo afirmó este sábado que si bien no le agrada publicar fotos personales, se veía en la necesidad de mostrar este "logro de la revolución".
En su publicación comparó las llamadas “croquetas explosivas” con un poderoso instrumento de lo que se habría de llamar "la guerra caliente".
"Si nuestro armamento esta obsoleto, nuestras técnicas de guerra son del siglo pasado, hay que reconocer que la industria Culinaria, con todos sus ministros, no sabrán hacer comida, ni producir en el campo, pero saben hacer implementos de guerra de última generación", subrayó.
Dijo que "el día que el enemigo nos invada, solo hay que dejarlos freír croquetas, y después podremos recoger el polvo del suelo anegado sangre".
Las llamadas croquetas explosivas acumulan ya decenas de víctimas en Cuba. Muchas de ellas han denunciado a la empresa Prodal –que las elabora– por negligencia y han exigido publicar el contenido de la receta, o determinar por qué explotan.
A pesar del peligro que representan, en medio de la escasez de alimentos que padece la población, estas elaboraciones, distribuidas por la empresa estatal procesadora Prodal, suelen ser de alta demanda.
Este producto está elaborado con alguna sustancia de proteína animal cocida con harina de trigo y pan, pero al parecer algún extraño ingrediente provoca que exploten.
Para deslindarse de responsabilidades, el gobierno se ha limitado a culpar a la población de "no saber freír las croquetas", y hasta llegó a publicar un manual que explicaba cómo realizar "el proceso correcto".
Entre las recomendaciones de la entidad para evitar accidentes, está la de calentar el aceite a 180 grados, poner a freír la croqueta cuando esta esté a temperatura ambiente, y no moverlas demasiado.
Sin embargo, los cubanos creen que el producto tiene algún ingrediente peligroso, porque se han reportado casos de croquetas que explotan incluso después de freírlas, cuando ya están servidas en el plato.
La empresa no ofreció una disculpa a las víctimas, no se comprometió a mejorar la receta, y en medio de la escasez de alimentos que vive la isla sus habitantes no tienen más remedio que continuar arriesgando su salud en el consumo de este alimento.
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