El rostro de Estados Unidos está experimentando un cambio demográfico significativo, según las últimas proyecciones del Censo nacional publicadas recientemente. Se estima que para el año 2060, más de uno de cada cuatro estadounidenses será de origen latino, representando un aumento notable desde el 19,1% actual al 26,9%.
El informe revela que esta evolución es parte de un crecimiento continuo de la población latina en los Estados Unidos. En contraste, se prevé que la población blanca no hispana disminuya del 58,9% actual al 44,9% en el mismo período.
Sin embargo, las proyecciones no solo señalan un cambio étnico sino también cambios en las tendencias demográficas generales. Se anticipa que la población total de los Estados Unidos alcanzará un máximo de casi 370 millones en 2080, para luego descender a 366 millones en el año 2100.
Estos pronósticos se basan en diversos escenarios, pero todos destacan un factor clave: se espera que la inmigración sea el principal impulsor del crecimiento demográfico, ya que se proyecta que habrá más muertes que nacimientos en el país.
Sandra Johnson, demógrafa de la Oficina del Censo, señaló que el país está experimentando transformaciones notables en sus componentes de cambio poblacional. Según NBC, factores como la pandemia de COVID-19 han influido en aumentos de mortalidad a corto plazo, mientras que disminuciones persistentes en la fertilidad también moldearán el futuro demográfico.
Las proyecciones presentadas contemplan diferentes escenarios, desde alta inmigración hasta inmigración cero. En todos ellos, se prevé un cambio hacia más muertes que nacimientos, destacando la importancia de la inmigración para el crecimiento sostenido de la población.
Estos datos no solo ilustran una transformación étnica y demográfica en curso, sino que también tienen implicaciones significativas en políticas, economía y cultura en los Estados Unidos, marcando un camino hacia una nación más diversa y multifacética hacia el 2060.
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