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Después de varias semanas de cierre, el Coppelia de La Habana volvió a vender helado, pero los cubanos aseguran que lo único que ha vuelto a la normalidad son las colas.
El medio independiente 14yMedio dijo que la reapertura no ha estado exenta de críticas por la lentitud en el servicio y la falta de variedad en el menú.
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A pesar de la expectación por el regreso de la "catedral del helado", los clientes han encontrado que las bolas del helado Palmeto, cada una de las cuales cuesta 65 pesos, son más pequeñas y están huecas por dentro.
El reporte del portal noticioso dijo que en la entrada de la heladería una trabajadora advertía a los clientes "hay helado, pero no hay dulces".
A pesar de ello internautas en redes sociales dieron cuenta de las interminables colas, en una ciudad donde las opciones recreativas para los niños y las familias son cada vez más reducidas.
La heladería cerró hace algunas semanas debido a la falta de ingredientes básicos para hacer el helado, como leche y azúcar.
Algunos clientes afirmaron que después de tantos días sin trabajar, los empleados parecen haber olvidado el servicio al cliente. 14yMedio cita a una anciana que expresaba: "Con tantos días sin trabajar, es lógico que ni se acuerden".
A inicios de noviembre un trabajador de la fábrica de helado dijo a la citada publicación que la calidad del producto había decaído demasiado en los últimos meses, y solo se fabricó el original helado Coppelio para los asistentes a la Cumbre del G-77 en La Habana.
Contó que para esa ocasión se mandó a hacer una edición limitada del helado Coppelia para invitados y hoteles; pero la fábrica fue militarizada para evitar el robo del producto por parte de los empleados.
Ahora los cubanos deben pagar 65 pesos por una bola de un helado que se llama Palmeto, de una ligera mejor calidad que el que se ofertaba antes. Para colmo, este solo se vende en el salón Cuatro Joyas, un espacio exclusivo de la heladería inaugurado hace años en honor al Ballet cubano.
En enero la llamada Catedral del Helado también estuvo cerrada por la misma carencia de materias primas, reflejo de la escasez generalizada en la isla, como lo han expuesto las denuncias de internautas en redes sociales.
Largas filas, mala atención de los empleados, agua caliente para tomar y venta clandestina de helado fueron algunos de los hechos que señalaron clientes el pasado año, tras visitar ese establecimiento gastronómico.
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