Una carta escrita por un niño cubano a Santa Claus muestra, en su inocencia infantil, cómo es la realidad de las familias en Cuba, donde las personas están acostumbradas a que la mayoría de las veces no hay lo que quieren.
El pequeño Thiago, de ocho años, le pidió un solo regalo al personaje por Navidad, pero le aclaró que, si no podía llevárselo, le trajera algo similar, pero más sencillo.
La simpática carta fue publicada por su mamá Iliana Quevedo en el grupo de Facebook "Madres cubanas por un mundo mejor".
"Santa Claus, yo me llamo Thiago. Quiero un carro de control remoto de Monster (...)", fue el deseo del menor.
A continuación añadió: "Mira, si no puedes traer eso, tráeme un carro normal. Hasta el otro 6 de enero. Adiós, Santa Claus".
Es triste la situación de muchos padres cubanos a los que no les alcanza el sueldo para alimentar adecuadamente a sus hijos, muchos menos para comprarles juguetes, los cuales, además de ser escasos, se venden a precios exagerados.
Hace unas dos semanas, un padre compartió unas emotivas palabras en su perfil de Facebook al no poder complacer a su hija, quien le pidió que le regalara una muñeca.
"¿Cómo le explico a mi hija de siete años que no le puedo comprar esta muñeca porque cuesta 60 dólares y que su papá solo gana 10 dólares al mes? Retos a los que se enfrenta un padre cubano. ¡Viva Cristo!", escribió José Carlos Almaguer, presbítero itinerante en la Iglesia Metodista cubana.
José Carlos divulgó una foto del texto que le escribió su hija en un papel: "Papi, me puedes comprar una LOL, por favor".
Hay otros niños que viven en la extrema pobreza, muchos de ellos en familias disfuncionales, que tienen problemas más graves que la falta de juguetes y deben pedir limosnas o trabajar para ganar algo de dinero.
En junio, un niño de 10 años conmocionó al periodista y profesor José Luis Tan Estrada al pedirle dinero en la calle para comprar algo de comer porque no había almorzado ese día.
El reportero estaba comprándole un refresco a su hermano cuando de repente sintió que alguien le decía: "Señor, ¿puede regalarme cinco pesos para comer algo?".
El menor no había almorzado aún. Tan Estrada le compró una merienda le preguntó por su vida.
"Sus ojos, con tal inocencia no mentían. Vive con su mamá y ocho hermanos. El papá está preso. La situación económica en casa es muy precaria, no me lo dijo, pude notarlo", detalló.
En enero, se viralizó en redes sociales el mensaje de un niño que tras perder un diente, le pidió como deseo al Ratoncito Pérez 100 dólares para mudarse a Estados Unidos.
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