El gobierno cubano aprobó un nuevo Código de Ética que obliga a los dirigentes de instituciones estatales a ser austeros y a "rechazar privilegios".
Se trata de un Decreto Presidencial y fue publicado el 15 de enero de 2024, en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, número 4.
El texto está dirigido a los "cuadros revolucionarios", es decir, a todos los dirigentes de entidades estatales del país, en los diferentes niveles de mando, actividades y regiones de la isla.
La firma oficial debe realizarse por todos los cuadros el 24 de febrero, fecha simbólica pues se celebra el aniversario 129 del "Grito de Baire" que marcó el reinicio de las luchas por la independencia de Cuba, en 1895.
El código de ética aprobado por Miguel Díaz-Canel exige a los dirigentes que, además de ser leales "al Partido Comunista de Cuba, a la Revolución, al pensamiento de José Martí y de Fidel Castro Ruz, deben defender incondicionalmente, hasta las últimas consecuencias, los intereses del pueblo, del Estado y el Gobierno".
Este nuevo código llega en un momento de crisis en Cuba, donde el gobierno está recibiendo duras críticas, emitidas incluso dentro de las filas del PCC por personas que históricamente se han declarado fidelistas, a causa de la pésima gestión económica del equipo de Díaz-Canel que conduce a miles de familia a la pobreza extrema.
En el decreto presidencial, Díaz-Canel hace un llamado a los dirigentes a tener "austeridad" y a "mantener un estilo de vida que les haga acreedores del respeto y la confianza de los demás".
Pide a quienes asumen cargos que lo hagan "como un honor y un compromiso, nunca como una ventaja personal".
Los dirigentes en el país también tendrán que "rechazar los privilegios y el acomodamiento", porque desde el alto mando del gobierno advierten que "el ejercicio de la dirección no confiere ningún derecho o preferencia sobre los demás".
El código no solo atañe a lo que el dirigente debe hacer en el ámbito profesional, también le piden a los cuadros que tengan buena conducta social y personal, "en el espacio físico y digital", así como "motivar y exigir igual comportamiento de su familia y compañeros de trabajo".
Mientras el nuevo Código de Ética de los Cuadros Revolucionarios pide sacrificios, la mayoría de los dirigentes históricos del régimen viven en mansiones en zonas privilegiadas de La Habana y tienen carros particulares y estatales a su servicio.
Ellos y sus familias hacen vacaciones de lujo en Cuba y el extranjero, viajan en aviones privados y algunos de los jóvenes retoños tienen incluso incipientes carreras como influencers en las redes sociales y hasta han creados sus mipymes con recursos que nadie sabe, oficialmente, de dónde salieron.
A inicios de 2024 Raúl Castro pidió a los dirigentes que se hayan "cansado" o "no estén a la altura que exige el momento", que renuncien a sus cargos.
Sin embargo, la preparación de los cuadros es cada vez más débil en Cuba. El país ha perdido a muchos de sus profesionales más capacitados y pocas personas quieren asumir roles que impliquen estar todo el tiempo bajo el punto de mira de sus superiores, de sus compañeros, de sus vecinos y con implicaciones hasta para sus familias.
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