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La serie de Netflix titulada "Griselda", con Sofía Vergara como protagonista, ha puesto de relieve la oscura pero fascinante figura de una de las mafiosas colombianas más conocidas y su relación con migrantes cubanos en la década de 1980 en Miami.
Griselda Blanco, originaria de Colombia, trazó las pautas para futuros nombres infames en el comercio de drogas ilícitas, entre ellos, el temido Pablo Escobar.
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El contexto en Miami durante la época en la que Blanco construyó su imperio fue marcado por el "éxodo de El Mariel", una maniobra del régimen cubano que resultó en una alteración demográfica con serias implicaciones.
Entre el 15 de abril y el 3 de octubre de 1980, Cuba auspició la partida de más de 120 mil personas hacia Estados Unidos, en un acto que no fue completamente comprendido en su momento. El régimen vació cárceles y manicomios, enviando criminales, enfermos mentales e individuos "antisociales" al territorio estadounidense.
La trama de la serie nos sitúa en el Miami de las últimas décadas del siglo XX, donde Blanco se convierte en una leyenda del narcotráfico. A medida que escala en su carrera criminal, la "Madrina de la cocaína" encuentra en "los marielitos", cubanos llegados tras el éxodo del Mariel, la fuerza laboral perfecta para su imperio.
Prometió a estos hombres y mujeres cubanos, relegados a los empleos más ingratos, un futuro lleno de riqueza y reconocimiento.
Blanco sabía que su posición como mujer en el mundo del crimen organizado, profundamente machista, era vulnerable, por eso gobernó su negocio con mano de hierro.
En ciertos momentos, se vio forzada a poner en primer plano a un hombre que actuaba como fachada para sus operaciones, por la reticencia de sus asociados a negociar directamente con una mujer.
Con el éxodo del Mariel como telón de fondo, en el que aproximadamente 135,000 cubanos se asentaron en Estados Unidos, algunos con pasados ligados al crimen, Blanco encontró oportunidades de reclutamiento.
Formó un temido escuadrón de sicarios conocidos por sus mortíferos ataques en motocicleta y aprovechó la marginalización que muchos cubanos experimentaron para incluirlos en su "familia" criminal.
El director Andrés Baiz enfatiza cómo ella se rodeó de otros "outsiders", hombres que se sentían desplazados por la sociedad normativa y usó eso a su favor para cimentar la lealtad y la confianza.
Sofía Vergara, quien da vida a Blanco en esta serie de Netflix, siente una conexión especial con el personaje, no solo por su origen colombiano, sino también por compartir la experiencia de ser inmigrante y madre en el ámbito del entretenimiento de Estados Unidos, donde se ha sentido juzgada y asegura haber enfrentado obstáculos.
Griselda Blanco, cuyo imperio apenas se tambaleó durante dos décadas en Miami, fue arrestada en 1985 y condenada por la muerte de dos narcotraficantes cubanos.
En los años 2000, tras hacer un acuerdo con el FBI, recobró su libertad, pero su vida terminaría trágicamente en Medellín en 2012, víctima de un ajuste de cuentas.
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