El joven pinareño Dayan Sotolongo, que sufre linfedema en grado cuatro, recibió este fin de semana una promesa de estudio de su caso en un hospital de La Habana.
En una llamada telefónica le indicaron que estuviera listo este lunes, porque una ambulancia lo llevaría al Hospital de Pinar del Río. Allí le harán unas pruebas médicas y luego será trasladado a La Habana.
Dayan y su hermana ya están en Pinar del Río desde muy temprano. Sin embargo, los profesionales de la salud que los recibieron en el hospital, no conocen los detalles del caso y debe esperar a que aparezca en la institución alguien que pueda ofrecer detalles al joven sobre cómo será el proceso.
"Dicen que me van a hacer una serie de análisis ahora, para el martes por la mañana mandarme para La Habana. Estoy aquí desde las 7:00 am, esperando a que vengan los jefes del Hospital de Pinar del Río, porque nadie sabe lo que van a hacer conmigo", contó el joven a CiberCuba.
Dayan va de la ilusión por curarse, al continuo desaliento. Padece esta enfermedad desde los 12 años. No tenía tratamiento porque los médicos cubanos nunca han logrado hacer un diagnóstico certero de su caso. Hace más de un año le dijeron que no tenía solución y lo mandaron para su casa.
Se cansó de esperar y denunció su caso de abandono en las redes sociales. Pocos días después recibió una sorpresiva visita del Partido Comunista y de las organizaciones de masa en su vivienda.
El régimen se interesó en su caso cuando el asunto llegó a las redes sociales, porque pone en evidencia el abandono, la falta de profesionalidad y de recursos que hay en el sistema de Salud Pública de Cuba.
"Aquí estoy tirado en el cuerpo de guardia esperando. Tengo unos dolores en los pies que no aguanto y ya son las 9:00 am. Así de mal está empezando todo. Quieren hacerse los héroes con todo esto, pero al final no me van a hacer más nada en mis pies", comentó con tristeza.
Tiene una luxación en la rodilla que le provoca dolor, pero lo tienen sentado esperando. Él siente que, de alguna manera, quienes han organizado esto juegan con su ilusión de recibir tratamiento médico de calidad.
Este fin de semana Dayan explicó que pide una visa humanitaria porque tras más de siete años sufriendo esta enfermedad sabe que no hay cura en Cuba.
Instituciones de Estados Unidos y de España le han ofrecido apoyo para estudiar su caso, pero debe salir de la isla para lograrlo. La visa humanitaria es la única vía que ve para alcanzar su objetivo de volver a caminar y tener una vida como la de otros jóvenes de su edad.
Dayan es huérfano, vive solo con su hermana. Fue diagnosticado con linfedema siendo un adolescente de 12 años. Ahora tiene 19 años y la enfermedad ha llegado al cuarto estadio.
Una de las hipótesis es que en La Habana le hagan una prueba que nunca le han realizado, la linfografía. Se trata de una radiografía especial de los ganglios y vasos linfáticos.
Esos resultados podrían conducir a diversos tratamientos, entre los que podría estar una intervención quirúrgica, pero sería con ciertos riesgos para su vida.
Desde que se conoció su caso en las redes sociales, Dayan ha recibido muestras de apoyo y solidaridad de cubanos dentro y fuera del país.
Los principales esfuerzos de apoyo a este joven cubano se centran en lograr una visa humanitaria para que puede viajar con su hermana a recibir tratamiento médico lejos de Cuba.
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