Expulsan a líder de la masonería que condenó la represión tras las protestas del 11J en Cuba

La decisión tiene un trasfondo turbio que, según algunos masones consultados, deja ver la creciente intervención de la Seguridad del Estado en la masonería cubana.

José Ramón Viñas Alonso, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 © Facebook / José Ramón Viñas Alonso
José Ramón Viñas Alonso, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 Foto © Facebook / José Ramón Viñas Alonso

El líder de los masones cubanos que condenó la represión tras las históricas protestas de julio de 2021 en Cuba (11J) fue separado de la Orden de la Masonería por un período de siete años, por supuestas violaciones de la legislación interna.

Un reporte del medio independiente CubaNet recabó información sobre lo sucedido con José Ramón Viñas Alonso, Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba, y consultó con miembros de la orden que ofrecieron explicaciones bajo anonimato.

La decisión tiene un trasfondo turbio que, según algunos masones consultados, deja ver la creciente intervención de la Seguridad del Estado en la masonería cubana.

Tras ser exonerado en un juicio anterior, celebrado en fechas recientes, Viñas Alonso volvió a ser juzgado (dos días después) en circunstancias denunciadas como “irregulares”, y sentenciado a siete años de suspensión de derechos masónicos.

La sentencia contradice la sentencia original firmada dos días antes y carece de los cuños y firmas pertinentes. Según CubaNet, dentro de la Orden, Viñas Alonso se ha convertido en un líder reconocido tras expresar abiertamente su rechazo a la represión tras el 11J y mostrar luego su rechazo a la invasión rusa de Ucrania.

Acorde al citado medio, estas manifestaciones críticas con las decisiones del régimen cubano han convertido a Viñas Alonso en un objetivo de la Seguridad del Estado.

“Esta nueva sentencia, en la que se viola la legislación masónica y luego de un supuesto juicio al que no asistieron ni el acusado ni el Presidente y Secretario de la Sala, corrobora lo que varios hermanos venimos alertando y es la intromisión de la Seguridad del Estado. Probablemente esta sea la mayor de todas, la más descarada en estos 65 años de dictadura”, refirió un masón de alto rango que solicitó el anonimato ante posibles represalias.

En la sentencia original que exoneraba a Viñas Alonso, el magistrado y el Secretario reconocieron que el proceso estaba “siendo influenciado por agentes externos al mismo, lo cual pone en tela de juicio el actuar de la Corte y su apego a la ley”.

“Si además tenemos en cuenta la violación flagrante de la ley (…) se da cuenta uno de que hay una mano atrás que no es fraternal, que está empujando por lograr que al Soberano lo saquen del medio”, indicó la fuente consultada por CubaNet.

Además, el medio independiente indagó en la figura del Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, Mario Alberto Urquía Carreño, quien actúa como parte acusadora contra Viñas Alonso. Según fuentes consultadas, la Mypime de Urquía Carreño (EDIFICA S.U.R.L) fue objeto de una investigación el pasado año, que culminó en la paralización de la actividad por “faltas graves”.

“Ante la posibilidad de ir preso, ha preferido pactar con la Seguridad”, señaló otra fuente consultada, añadiendo que a Urquía Carreño “ya no le interesa la Masonería, lo que quiere es salvar su pellejo”.

Se añade a la figura del Gran Maestro la sospecha de ser el responsable del robo de 19 mil dólares perpetrado en su oficina el pasado 5 de enero, motivo por el cual se decretó la expulsión de su cargo por el Supremo Consejo del Grado 33, del cual Viñas Alonso es Soberano Gran Comendador.

“Estamos ante una guerra contra el aparato represivo, que quiere deshacerse de quienes le resultamos incómodos, porque saben que los masones están despertando y están asumiendo cada vez más su compromiso con las libertades. Y el Soberano es un ejemplo de eso, miles lo apoyamos, por eso lo han convertido en un blanco de sus ataques”, concluyó uno de los masones que ofrecieron declaraciones a CubaNet.

A pocos días de las protestas del 11J, los masones cubanos enviaron una misiva al gobernante Miguel Díaz-Canel. Firmada por Viñas Alonso, la carta expresó el “rechazo a su posición y dirección al frente del país, por convocar, incitar y ordenar un enfrentamiento con violencia hacia el pueblo cubano”.

El escrito trajo como consecuencia que la Seguridad del Estado citara a Viñas Alonso para una "entrevista", en la que según trascendió, los oficiales le sugirieron que debía escribir una carta sobre las vacunas cubanas contra el coronavirus y "otros logros" de la revolución castrista.

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