Tras la reciente petición de ayuda realizada por el gobierno cubano al Programa Mundial de Alimentos (PMA), en el que solicita apoyo para el suministro de leche en polvo para los menores de siete años, Canadá se convirtió en el primer país en responder a esta solicitud, con 150 toneladas del alimento.
“Siguiendo la solicitud a WFP de apoyo urgente con la compra de leche en polvo para niños de entre 2 y 7 años, Canadá se enorgullece de ser el primer donante en responder con una donación de 540,000 dólares canadienses a Cuba a través del PMA, que permitirá la entrega de unas 150 toneladas de leche”, dijo la Embajada del país norteño en la isla a través de la red social X, antigua Twitter.
Al hacerse oficial el pedido de ayuda de Cuba al PMA, mediante una amplia nota del medio oficialista Cubadebate, se informaba que el país recibiría próximamente un barco proveniente de Brasil, con 375 toneladas de leche en polvo.
También se informó, sin especificar si hay relación con la ayuda del PMA, que Cuba ha contratado 500 toneladas de leche en polvo adicionales de Estados Unidos, así como "245 toneladas de Canadá, 500 más de Brasil y 600 de distintos proveedores".
Periodistas independientes, en conversación con Martí Noticias dijeron que este pedido realizado por el régimen de La Habana a través de “una comunicación oficial al más alto nivel de dirección” del PMA, ratifica que “el estado de la economía cubana es alarmante”.
“Eso demuestra el estado caótico en que está la economía nacional. No hay producción. Solamente tres provincias han podido abastecer la cuota normada de los niños, de hasta 7 años, con la producción nacional de leche. El resto, para tratar de satisfacer el abastecimiento a esos niños, ha tenido que importarse. Pero como las finanzas internas del país están en crisis, es muy difícil que haya dinero para importar toda esa leche”, argumentó el economista y periodista independiente Orlando Freyre Santana.
PMA había reconocido como una "necesidad urgente" esta situación y subrayó "la importancia de esta solicitud", especialmente en el contexto de "profunda crisis económica que enfrenta Cuba", algo que a su juicio está impactando "significativamente en la seguridad alimentaria y nutricional de la población", señala la agencia EFE.
Recientemente, Alberto López Díaz, ministro de la Industria Alimentaria, informó en una conferencia de prensa que la distribución de leche en polvo en Cuba “estará garantizada” durante marzo y abril, luego de que en febrero dejara de entregarse el alimento a miles de niños en el país, lo que causó molestias y protestas de madres y padres cubanos.
La Ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Rodríguez, admitió a mediados de mes que los niños de seis meses a dos años no recibían leche desde el pasado 5 de febrero, pero aseguró que el gobierno estaba trabajando con la producción disponible y buscando alternativas con las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), para que incorporaran sus inventarios a la canasta básica.
Según evidencia de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), que elaboró una tabla con las “dinámicas comparadas de la producción física de leche fresca en dos períodos”: el llamado ‘periodo especial’ (crisis de los años 90) y la crisis actual, cuyo inicio fija el organismo oficialista en el año 2017, la situación actual es muy preocupante.
Para ilustrar el comportamiento de la producción lechera en ambos períodos, la ONEI toma como punto de partida lo que define como “año pico” de cada serie anual. En el caso del “período especial”, el año pico fue 1992. El organismo define como “año pico” como el año previo a un periodo de dos años consecutivos de decrecimientos anuales.
Partiendo de ahí, el gráfico muestra claramente la línea evolutiva de cada período. Mientras en la crisis de los 90 (1992-1997), la tendencia negativa se revirtió en apenas tres años, llegando incluso a superar la producción lechera previa al hundimiento, en la crisis desatada por el gobierno de Miguel Díaz-Canel (2017-2022), el decrecimiento ha sido una tendencia imparable.
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