Claudia Valdés, de 30 años, y Orlando Ojeda, de 36, tienen un 'food truck' de pizzas cubanas en Florida. Ella tenía experiencia en la hostelería estatal en Cuba y como en la Isla solían salir juntos a tomar helado y comer pizzas, y en la ciudad donde decidieron fijar su residencia (Orlando), en Estados Unidos, no había ningún negocio de ese tipo, decidieron dar el paso en 2019. Luego vino el confinamiento por el coronavirus y tuvieron que reinventarse, pero aguantaron con los 'deliveries' (envíos a domicilio) y hoy no solo tienen trabajo para ellos sino que, además, han creado empleo para otras personas.
Su sueño es tener un local propio y seguir expandiéndose por Florida, sin intentar aparentar que tienen más de lo que tienen. Con humildad y con mucho esfuerzo porque la hostelería es un sector muy exigente, sobre todo, a nivel personal y ambos tienen una hija pequeña en común. "Todo se puede, pero hay que sacrificarse", comenta Orlando Ojeda, en una entrevista concedida a CiberCuba.
La pareja, que lleva 14 años junta y es originaria de Santa Clara, salió en 2015 de Cuba a través de Ecuador cuando había visado libre para ese país. Estuvieron viviendo dos o tres meses allí hasta que decidieron cruzar la frontera y entrar en Estados Unidos. "Fueron como ocho países que pasamos", recuerda, Claudia Valdés.
"Nosotros desde que llegamos siempre pensamos en aprovechar las oportunidades que este país nos brinda y hacer un negocio propio. Siempre pensábamos, qué podemos hacer. Nos dimos cuenta de que había una gran comunidad de cubanos en Orlando deseando comer la comida cubana, que acá no la tenemos. Y ahí surgió la idea. Dijimos, esto es lo que vamos a hacer porque si nosotros lo anhelamos y lo extrañamos, somos muchos extrañando lo mismo", comenta Claudia Valdés.
"Quiero exhortar a los cubanos que estamos por el mundo, no solamente aquí en la Florida, que estamos en países que nos brindan estas posibilidades de poder salir adelante, los exhorto a que sueñen y que trabajen en función de eso porque se puede lograr. Ha sido muy sacrificado, pero a día de hoy, cuatro años después de haber iniciado el negocio, podemos decir que lo estamos consiguiendo", añadió.
Valdés recuerda que en los inicios, les tocó tener la niña con ellos en el negocio porque están solos en Estados Unidos y no tenían a nadie que los pudiera ayudar. "Sacrificado es bastante. No hay sacrificio que después no venga la recompensa", insistió.
"Ya tenemos empleados. Hay personas que viven gracias al negocio", recalcó. Ojeda recordó que cuando decidieron abrir el food-truck no tenían 'cash'. Pero "a veces es bueno arriesgarse y dar un paso adelante", apunta Claudia Valdés.
Cuatro años después el negocio funciona. Orlando Ojeda era consciente, desde el inicio, de que tenían que buscar un nombre que sirviera de gancho a la comunidad cubana para que identificaran que tenían delante un negocio patrio. Por eso le pusieron 'El Rápido", imitando los rápidos estatales que proliferaron en la Isla en los años noventa. Adaptaron el logo añadiendo una porción de pizza y ahí crearon su propia marca.
Y funcionó. Los cubanos residentes en Orlando empezaron a acudir a comprar sus pizzas cubanas y a día de hoy, el negocio va bien. Pero eso no quita para que su propietario reconozca que en Estados Unidos "hay una carga de sacrificio muy fuerte. Hay que trabajar duro, pero yo creo que más fuerte que físico, es mental. Ese es el consejo que yo doy porque es el camino que yo conozco, no conozco otro. Hay que sacrificarse", concluyó.
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