El periodista cubano Boris Fuentes, quien fuera apartado de la televisión oficialista por el célebre reportaje de la “limonada” del gobernante Miguel Díaz-Canel, regresó a Cuba, aparentemente de visita tras una larga estancia junto a su familia en Argentina.
“Disfrutar del inconfundible malecón habanero con su olor a salitre y la hermosa imagen que se pierde en el horizonte y reencontrarse con la familia y los amigos alegra el alma y siempre será necesario”, dijo Fuentes este viernes en sus redes sociales.
Acompañado de su esposa, Isabel Fernández, antigua presentadora de los noticieros oficialistas de fin de semana en la Televisión Cubana, el periodista compartió fotos de ambos en el hotel Meliá Cohiba y en el Malecón habanero.
Boris desapareció de los medios en 2020, tras reportar una reunión de Díaz-Canel en la que llamó a producir más limón. El reportero cayó en desgracia al mostrar al dirigente diciendo que "la limonada es la base de todo", frase que provocó numerosas burlas.
A finales de ese año, luego de varios meses ausente, confirmó que no regresaría al noticiero. Aunque nunca se dio ninguna información oficial, era un secreto a voces que fue castigado y separado de su trabajo por mostrar las dotes oratorias y de estadista del gobernante designado por el dictador Raúl Castro para sucederle.
"Nosotros tenemos que tener limones en el país. La limonada es la base de todo. Tú cualquier limonada, a una base de refresco de limón, tú le echas cualquier otra cosa y ya es un refresco súper agradable y súper bueno. No lo tenemos tampoco", señaló.
La célebre alocución fue el origen de críticas, chistes y memes en las redes sociales. Tras el escándalo, el régimen optó por "matar al mensajero", una prueba más de la falta de libertad de prensa y la censura que sufren los periodistas en Cuba.
A Fuentes no le valieron de nada sus años de fiel servicio a la causa revolucionaria y pagó en su piel el ridículo del gobernante, causado únicamente por su pobre formación política y cultural.
Ahora el castigado periodista y su esposa están en Cuba, aparentemente de visita, y sus palabras en redes sociales no hacen más que apelar a la nostalgia de los amigos y la familia, y del olor a salitre del Malecón habanero. Un olor que guarda resonancias con la fragancia cítrica; esa que, sin que se diera cuenta, pasaría a la historia del ridículo y le costaría su carrera de periodista al servicio del régimen cubano.
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