Tres libras de arroz, cuatro de azúcar y un conjunto musical tocando a todo volumen en una calle de Santiago de Cuba mientras la ciudad sufría un apagón: esa fue la receta del gobierno provincial para aparentar normalidad tras el estallido social del 17M.
“No tienen vergüenza estos gobernantes, mientras el pueblo está en la calle y la policía dando palo, ellos están aparentando que no sucede nada”, dijo al periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada una santiaguera que denunció la hipocresía de las autoridades.
Acorde a su publicación de redes sociales, el denominado “Circo de la Johnson” dio comienzo tras las protestas que el domingo llevaron a cientos de personas a la calle a protestar contra la escasez de alimentos, la pésima gestión del gobierno de Miguel Díaz-Canel y los masivos apagones que sufren.
Tras intentar infructuosamente apaciguar los ánimos de los manifestantes desde la azotea de una casa en el Reparto Veguita de Galo, la primera secretaria del Partido Comunista en Santiago de Cuba, Beatriz Johnson Urrutia, desbloqueó el “bloqueo” y aparecieron en la ciudad los alimentos que antes no llegaban por “culpa” de Estados Unidos.
La operación fue calificada por una vecina de Santiago de Cuba como “comida para hoy y hambre para mañana”, denunciando el carácter cosmético y populista de la decisión.
“Mientras la ciudad está apagada, la música en El Tívoli está apululu”, dijo a Mayeta Labrada otro residente en la ciudad del Oriente de Cuba. “Lo que tienen es que traernos comida, corriente y Libertad, no queremos más circo cuando hay un pueblo entero con la barriga partía”, concluyó.
Según el periodista, “aunque la aparente calma reine en Santiago, la chispa sigue encendida”. Sin embargo, en perfiles de redes sociales institucionales y afines al régimen cubano proliferan las fotos de una ciudad tranquila, apenas surcada por sus habitantes y con mensajes de “alegría de nuestros niños” y “continuidad de los pilares de nuestra Revolución”.
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