“Al menos 936 actuaciones contra el ejercicio de las libertades religiosas”, durante 2023 en Cuba, fueron denunciadas a través de un informe del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
Las violaciones han sido “públicamente identificadas como religiosas así como contra otras que de manera asidua o esporádica asisten a cultos religiosos como una expresión de fe o de compromiso cívico”, referencia el mencionado informe.
“El régimen cubano sigue utilizando su aparato de control y vigilancia para limitar o perseguir cualquier expresión pública de la fe, principalmente, en el ámbito cívico”, dijo Yaxis Cires, director de Estrategias de OCDH, a Martí Noticias, mencionando los ejemplos del sacerdote yoruba y prisionero político Loreto Hernández García, así como la negación de asistencia religiosa a determinados presos políticos.
El estudio sobre Libertad Religiosa realizado por esta ONG en 2023, sirve como base a los resultados presentados, puesto que desde aquella ocasión se recoge que “el 68 % de los cubanos consultados conocía a alguien que profesa una religión y ha sido acosado, reprimido, amenazado u obstaculizado en su vida diaria por motivos relacionados con su fe”.
De hecho, en esta propia Semana Santa, el régimen cubano ha negado las procesiones en varias iglesias cubanas. A la comunidad católica de El Vedado, en La Habana, se le prohibió realizar la procesión del Santo Entierro; mientras en la diócesis de Bayamo-Manzanillo, en Granma, se suspendieron las actividades que conllevaran reunión de personas, debido al miedo del gobierno por nuevas protestas como las sucedidas hace unas semanas en varias ciudades del país, incluida la cabecera provincial granmense.
A inicios de este año, el Departamento de Estado de los Estados Unidos incluyó a un grupo de naciones, entre ellas a Cuba y a Nicaragua, en una lista de “países que concitan especial preocupación por haber perpetrado o tolerado violaciones particularmente graves de la libertad religiosa”, dice una declaración emitida por el secretario de Estado Antony J. Blinken.
Aunque no se aclaran las principales causas que han llevado a sumar a estos países al listado, el secretario de Estado argumentó que se basan en el compromiso de “promover la libertad de religión o credo”, el cual “ha sido un objetivo central de la política exterior de Estados Unidos desde que el Congreso aprobó y promulgó la Ley sobre Libertad Religiosa Internacional en 1998”.
En una entrevista concedida a la televisora católica EWTN Español, el sacerdote cubano Alberto Reyes, uno de los mayores defensores de la libertad religiosa en la isla, afirmó que en Cuba hay libertad de culto, pero no de religión.
Explicó que en el país existe una oficina de asuntos religiosos que monitorea la iglesia y de la cual dependen muchos permisos que necesita la organización para poder trabajar: “Nos fiscaliza, nos espía, nos controla, intenta silenciarnos porque uno de los mecanismos es por ejemplo intentar silenciar nuestras voces a través de los obispos”.
Sobre el tema de la libertad religiosa dijo que: “Hay libertad de culto, es decir, los templos están abiertos, se puede dar misa, se puede dar catequesis, se puede dar catecumenado, se puede administrar los sacramentos. Pero la libertad religiosa va mucho más allá de eso”.
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