La prensa oficialista expuso el deterioro a que están sometidas las instalaciones de Campismo Popular en la isla, otrora fuentes de diversión y esparcimiento de la familia cubana, durante los meses de verano o fines de semana.
El Periódico 26 de Las Tunas destacó este sábado que tales instalaciones, de gran disfrute por la familia cubana que no podía acceder a las ofertas de hoteles, “son un cuadro triste de años gloriosos reducidos a suciedad, decadencia y, en algunos lugares, desperdicio”.
Enfocados en el campismo “Río Jobabo”, al sureste de la provincia de Las Tunas, el semanario oficialista señala que al lugar “llegaban campistas de todas partes de la provincia, e incluso de otras, para disfrutar en el que una vez fuera el preferido de todos”.
Aunque permanecen las típicas cabañas, el medio apunta que ya no tienen paredes, “sino un conjunto de suelos agrietados y losas faltantes. Son hoy una pequeña escena abandonada sin nada más que algunas literas, baños lúgubres, polvo y telarañas”.
“Recorrer el campismo no produce ya la misma satisfacción, no se respira alegría, sino desamparo, entre la maleza creciendo a sus anchas y una cerca perimetral casi a punto de doblegarse”, añaden.
El referido medio apunta a varias pequeñas edificaciones que han sucumbido al abandono y la falta de mantenimiento, como es el ranchón, la sala de juegos, la piscina y la cafetería.
Ante varias preguntas que quedan en el tintero reflexivo, el periódico califica al campismo “Río Jobabo” como “un precario santuario sin agua, sin luminaria, sin campistas, sin vida. Lo que pasará con los acalorados veranos nadie lo sabe, mientras tanto, nuestra mejor opción agoniza cada día y el eslogan ‘Juntos por la naturaleza’ ya no suena tan interesante”.
El Campismo Popular fue una idea del dictador Fidel Castro, como una opción de esparcimiento entre los cubanos, aunque, en realidad, lo que logró fue diferenciar a aquellos que podían visitar hoteles y los que no.
Administrados por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), promovía varias opciones, entre ellas el baño en la playa o ríos, el excursionismo, las acampadas.
Muchos cubanos recuerdan con nostalgia las estancias en estos lugares durante las décadas de los 80 y 90, y otros hablan de ellas con resignación, debido a las condiciones deterioradas en algunos campismos, las largas colas que se hacían para comprar los alimentos, o las dificultades con el transporte.
A inicios de 2023, al darse a conocer nuevas tarifas en las bases de campismo de la provincia Villa Clara, quedó patente la experiencia y percepción de muchos cubanos sobre esta oferta.
“Recuerden lo que dijo Fidel cuando creó esta modalidad de vacaciones: para que estuviera al alcance del cubano de menos recursos. Ahora están en loca carrera por hacer dinero, no importa a quién afecte, no importa el pobre, el que no recibe ayuda del exterior, el que no puede ir a un hotel y tenía que al menos conformarse con esas bases de mala muerte, sin condiciones mínimas (que bien lo sé). Es muy fácil detrás de un buró. Jugar con el sudor de los pobres, que son la mayoría. Quieren ahora cobrar un servicio de excelencia, cuando en realidad ninguna de las bases, al menos en Villa Clara, clasifica ni para 9na categoría. Pero eso no interesa, lo que vale es hacer pesos, recaudar a cómo de lugar”.
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