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El veterano periodista cubano, Jesús Álvarez López, reportero radial con 40 años de servicio en medios oficialistas como la cadena villaclareña CMHW, reconoció este lunes que su salario no le alcanzaba para comprar gasolina.
“Me tocó ticket de gasolina pero no pude comprarla, 30 [litros] por 156 CUP igual a 4,680 pesos, mi salario mensual. Este es un precio abusivo”, protestó el periodista oficialista en sus redes sociales.
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En medio de la aguda crisis de combustible que atraviesa el país y tras la subida de precio de los carburantes que el régimen vende a cuentagotas entre transportistas y propietarios de vehículos, son muchos los cubanos que ven desesperados que sus salarios no alcanzan para cubrir los costes de vida y sienten en sus carnes el hierro candente de la pobreza.
El alza de los precios de los combustibles preocupa enormemente a la población, que empieza a detectar incrementos en las tarifas de transportistas privados, mientras los conductores sufren largas colas en las pocas gasolineras abastecidas.
Así lo manifestaron a comienzos de marzo varios entrevistados en La Habana, hasta donde se desplazó un reportero de France 24 para comprobar cómo afectaba a los cubanos el aumento del 500 por ciento de los precios del combustible, decretado por el gobierno de Miguel Díaz-Canel como parte del “paquetazo” de medidas para “corregir distorsiones” y conseguir la estabilidad macroeconómica.
La publicación de Álvarez López, quejándose por la no correspondencia entre su salario como periodista y el coste del combustible, recibió un aluvión de comentarios de colegas y otros usuarios que expresaron su malestar.
“Sin palabras, estimado Jesús”, le contestó el periodista de Radio Sagua Luis Orlando Espino Ramírez.
“¿Sería esa una medida bien estudiada, analizada, sobre las consecuencias...?”, preguntó el usuario identificado en Facebook como Alejandro Basulto Anzardo, a lo que Álvarez López contestó: “Yo pensaba que era uno de los errores de Alejandro Gil Fernández, pero parece que me equivoqué”.
“¡Quizá fue la influencia de Gil, pero es tiempo de rectificar! Usted no puede vender sin tener en cuenta el salario de tu gente. ¡El estado no es una Mypime! Habrán levantado la mano muchos diputados, pero la gente no está de acuerdo con esos precios”, opinó otro usuario.
Este lunes, el gobierno cubano reconoció durante su reunión mensual del Consejo de Ministros, que los nuevos precios del combustible, entrados en vigor el pasado 1 de marzo, no “han logrado el efecto esperado”, sobre todo, en lo relacionado a la oferta que ofrecen los porteadores privados.
Desde que entraron en vigor estas nuevas tarifas, las cuales serán sometidos a revisión cada tres meses, el régimen se ha puesto en alerta, por el temor a una subida de precios en el sector del transporte privado, conscientes de que un hecho así repercute en las ya delicadas circunstancias de movilidad a lo largo y ancho de la isla.
A comienzos de año, el gobierno cubano decidió equiparar los precios de los combustibles a la tasa actual del cambio oficial de aproximadamente 120 pesos por un dólar.
De esta manera, los precios minoristas del combustible quedaron establecidos en los siguientes valores: gasolina regular (B90), 1.10 dólares por litro o 132 pesos cubanos en los servicentros que comercialicen en esa moneda.
Por su parte, la gasolina especial (B94) se venderá en 1,30 dólares o 156 CUP (es el caso del combustible que requiere Álvarez López). Asimismo, el diésel regular (el más consumido en Cuba) tendrá un valor de 1,10 dólares el litro y 132 pesos cubanos, mientras que la gasolina súper especial (B100) costará 1,65 dólares y el precio minorista en pesos cubanos será de 198 CUP.
Sobre los nuevos precios, el Ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, expresó que reflejan un “reconocimiento de todos los costos y gastos que se incurren desde la adquisición, procesamiento y comercialización de los mismos”.
La subida, anunciada para comienzos de febrero, entró finalmente en vigor en marzo, un retraso que el régimen explicó que estaba motivado por un supuesto ataque cibernético del que no ofreció detalles. Sin embargo, entre la población, el aplazamiento fue percibido como una respuesta al malestar generalizado que provocó la medida.
Tras su queja en redes sociales, Álvarez López sintió la necesidad de reafirmar su compromiso con el régimen y su labor como periodista a su servicio. “Que nadie intente que yo acepte que los que nos quedamos somos los equivocados, vivir es luchar”, dijo en una nueva publicación. Pues eso: a seguir "viviendo".
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