Un ómnibus del transporte público fue apedreado poco antes de las 11 de la noche de este martes mientras circulaba por el municipio Centro Habana, según denunció en sus redes sociales la Empresa Provincial de Transporte de la capital.
La entidad precisó que el hecho vandálico tuvo lugar a las 10:40 p.m. en Prado entre Genios y Cárcel contra el ómnibus 8412, que cubría la ruta A58, que comienza viaje en Boyeros y Bruzón (Plaza de la Revolución) y concluye su recorrido en el reparto Bahía (Habana del Este).
Fotos difundidas por la empresa estatal de transporte mostraron que las pedradas fueron al parecer contra la zona delantera, donde se sienta el conductor.
Las imágenes compartidas muestran que el vidrio de la ventanilla no llegó a romperse aunque quedó completamente cuarteado, lo que constituye un peligro para la circulación.
La fuente indicó que hasta el lugar del incidente se trasladó "un técnico de seguridad automotor y guardia superior de la Empresa" para evaluar lo ocurrido y que autoridades de la PNR investigarán el hecho.
"La unión de la fuerza del pueblo y de la PNR es vital para disminuir hechos como estos, que conspiran con el programa de recuperación del transporte que viene llevando a cabo la empresa y que afectan la transportación de pasajeros en la capital", concluyó la información oficial.
En el apartado comentarios de la publicación varios internautas criticaron este y otros actos vandálicos similares ocurridos en los últimos meses que, además de poner en riesgo la vida de las personas, atentan contra el escasísimo transporte público en la capital.
Hay que tener en cuenta que a comienzos de marzo Yunier de la Rosa Hernández, director general de Transporte de La Habana, durante un balance del Ministerio del Transporte (MITRANS) calificó de “complejo” el escenario del transporte en La Habana y detalló que más del total de vehículo estaban parados por diversas razones. En ese momento circulaban 252 equipos y 309 estaban fuera de funcionamiento.
Ante tales cifras, la noticia de una guagua apedreada en La Habana es motivo de indignación por lo que supone en un ya crítico panorama del transporte público en la cpaital.
"No entiendo este nivel de estupidez. La primera afectada es la población, incluyendo a los propios que hacen semejantes barbaridades, sus familiares y demás personas. Cualquiera puede tener libertad de pensamiento y expresión, pero las inconformidades jamás se expresan contra su propio beneficio personal y el de sus semejantes", apuntó un comentarista en la citada publicación.
"Tal vez ese mismo ómnibus, quizás el único en la línea, les hubieran servido para trasladar un familiar enfermo al hospital o quizás a ellos mismos por un dolor o una enfermedad que puede resultar hasta mortal", añadió la misma persona.
"Ese tipo de actos vandálicos yo los juzgaría, sin importar la edad del que lo cometa, no como un hecho de vandalismo, o de maltrato a la propiedad social, sino como un acto de terrorismo por las consecuencias que el mismo puede tener en la vida de las personas, tanto en su integridad física, como en la psicológica. Nada de pañitos tibios, y la sanción, de acuerdo a las consecuencias que ese acto depare en las personas, si son afectadas físicamente o no, pero repito, siempre como un acto de terrorismo", escribió otro internauta.
En los últimos meses son recurrentes las denuncias similares, tanto de conductores de transporte público como de choferes de vehículos privados. En el caso de estos últimos, tales hechos revelan el deseo de los agresores de robar.
Son frecuentes además no solo en diferentes lugares de La Habana, sino también en tramos de autopistas, así como en otras provincias.
En diciembre del pasado año la misma entidad informó que un ómnibus que cubría la ruta del P16 fue apedreado en calle San Lázaro y Marqués González, también en Centro Habana.
En ese caso el vehículo presentó daños severos en los cristales de dos ventanillas, aunque no hubo lesionados porque no circulaban pasajeros a bordo.
También en diciembre se reportó un hecho similar en la ruta P10, que hace el recorrido de Playa a La Víbora. En ese caso el vehículo fue apedreado por un grupo de jóvenes luego de que la guagua no se detuviera en una de las paradas correspondientes.
En julio de 2023 el parabrisas de un taxi estatal de los conocidos como "gacelas" quedó destrozado tras ser apedreado de noche desde el puente de Alamar, en la Habana del Este.
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