Una pareja cubana y su hijo de 13 años que residían en Carolina del Norte están desesperados tras haber sido deportados el pasado 28 de marzo a la isla.
La familia arribó a Estados Unidos a través de Arizona en noviembre de 2021.
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Sin embargo, su solicitud de asilo no fue concedida y les otorgaron Notificaciones para Comparecer, con una primera audiencia programada en el Tribunal de Inmigración de la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte, el 16 de febrero de 2023.
La mala suerte es que ICE programó una entrevista para la familia el mismo día de su audiencia en el tribunal, es decir para el mismo 16 de febrero del pasado año.
La familia optó por asistir primero a la entrevista con ICE pero llegaron dos horas tarde al tribunal, lo que determinó que fueron deportados en ausencia, según reveló Telemundo 51.
La abogada de la familia, Grisel Ybarra, presentó una Moción para Reabrir ante el Juez de Inmigración, argumentando el error en la programación de la entrevista.
Sin embargo, la moción fue denegada, lo que llevó a una apelación pendiente ante la Junta de Apelaciones de Inmigración, proceso que estaba en curso ahora.
A pesar de ello, el 18 de marzo de este año recibieron una notificación para comparecer ante ICE el miércoles 27, día en que, sin previo aviso, fueron montados por un oficial de deportación en un vuelo hacia Miami.
Pasaron la noche en un hotel custodiados por oficiales de Inmigración y estuvieron obligados a abordar el avión que el 28 de marzo deportó a 61 cubanos a la isla, ellos incluidos.
En ningún momento desde que comparecieron ante ICE el 27 de marzo se les permitió comunicarse con su abogada.
“En los 47 años que yo llevo ejerciendo nunca he visto un niño cubano ser deportado. Nunca”, dijo a Telemundo 51 visiblemente emocionada Grisel Ybarra, quien actualmente sigue adelante en su intento por ayudar a la familia, ahora a retornar a Estados Unidos por alguna vía.
“Un país en destrucción, Imagínate”, dice desde Cuba Guillermo Picos, el padre de familia, quien todavía no da crédito a la forma en que se torcieron sus destinos.
En Carolina del Norte Guillermo Picos trabajaba como conductor de UBER y su esposa en una empresa de envío de remesas, mientras que el adolescente estaba acabando el octavo grado.
El periodista Daniel Benítez, quien también ha tomado interés en el caso y ha entrevistado a la familia, ha enfatizado -citando el punto de vista de la abogada- que se violaron los derechos de esa familia, y considera que es un mensaje lamentable el que envía la actual Administración al deportar a una familia trabajadora con un caso migratorio abierto, mientras hay cubanos con importantes antecedentes penales que no han sido deportados.
Ybarra, por su parte, remite a las palabras de Alejandro Mayorkas, Secretario de Seguridad Nacional de EE.UU. cuando indicó que se daría prioridad en las deportaciones a inmigrantes con extenso historial criminal, argumento que no se sostiene ante esta familia.
"Lo único que pido es que me regresen de vuelta para que mi hijo cumpla todos sus sueños y salga adelante", concluye Guillermo Picos.
En estos momentos la familia tiene varios frentes abiertos para intentar retornar a Estados Unidos, a la apelación en curso se une el esfuerzo a través de la intervención de políticos locales para que conozcan el caso. Otra vía es conseguir un parole humanitario para pelear su caso de asilo.
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