Gobierno reconoce fracaso de bancarización y tasa de cambio oficial en Cuba

Entre “las propuestas concretas que vamos a hacer está la determinación de la tasa de cambio para conseguir la eliminación de la dualidad cambiaria”, aseguró Manuel Marrero Cruz.


El gobierno cubano reconoció el fracaso del proceso de bancarización emprendido en agosto de 2023, así como el fiasco que supone la tasa de cambio oficial que estableció para las divisas como parte del “ordenamiento económico y monetario”.

Así lo admitió el primer ministro Manuel Marrero Cruz durante la reunión de balance del año 2023 del Banco Central de Cuba (BCC), celebrada este sábado en presencia del gobernante Miguel Díaz-Canel y otros dirigentes y funcionarios de la entidad.


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El BCC es clave para “la implementación y el control de las proyecciones del gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”, subrayó Marrero Cruz durante la reunión, resaltando su papel “en el programa de estabilización macroeconómica y la política monetaria”.

El primer ministro exhortó a buscar fórmulas para eliminar la dualidad cambiaria (tasa oficial y tasa informal) y el tipo de cambio ilegal, asuntos que reconoció que preocupan mucho a la población “por su incidencia en la inflación y la conformación de precios”, según el reportaje del Noticiero Nacional de Televisión.

Entre “las propuestas concretas que vamos a hacer está la determinación de la tasa de cambio. Ese es un tema clave, una de las cuestiones que incluso más presión está tomando, sobre todo la eliminación de la dualidad cambiaria, empezando por la oficial de 24 y 120, y ver hacia dónde vamos”, expresó Marrero Cruz.

Sin embargo, el primer ministro no explicó qué “propuestas concretas” tiene el gobierno de Díaz-Canel para determinar una tasa de cambio oficial que erradique el mercado informal de divisas en el país. Mientras la tasa oficial establece un valor de cambio de un dólar a 120 pesos, en el mercado negro de divisas, la estadounidense se cotiza a 340 pesos cubanos (CUP).

“Ustedes han visto que sigue incrementándose el tipo de cambio ilegal cada día, lo cual [implica] también más preocupación a la población, sobre todo por la incidencia que tiene ese tipo de cambio ilegal en la conformación de los precios y el aumento de la inflación”, reconoció el dirigente.

En ese sentido, llamó a “ir concretando las medidas que vamos a implementar para poder ir abordando estos temas que son complejos, pero que si no los logramos encaminar en la solución, o por lo menos atenuar los mismos, nos sería muy difícil reimpulsar la economía como nos hemos propuesto en las proyecciones”.

A finales de diciembre, tras acusar a medios independientes cubanos de incentivar los altos precios en la isla, el régimen de La Habana anunció que a partir de enero de 2024 cambiaría la tasa oficial del dólar. Sin embargo, nada nuevo se ha anunciado desde entonces.

En cuanto al proceso de bancarización emprendido por el régimen cubano, el director general de operaciones y sistemas de pagos del BCC, Julio Antonio Pérez Álvarez, mencionó que se trata de una de las “principales insatisfacciones” de la entidad.

“No hemos podido detener ni hemos podido asegurar la disponibilidad, ni estabilidad en el reaprovisionamiento del dinero en los cajeros automáticos. La baja disponibilidad de efectivo que aún persiste contribuye a que se incremente el nivel de operaciones en la red de oficinas, cuando no están en condiciones de atender este problema”, señaló el directivo.

Además, denunció las irregularidades de “actores económicos que no respetan el derecho de los clientes y consumidores a elegir la forma de pago”, como uno de los factores que han llevado al fracaso del proceso de bancarización.

En este sentido, el primer ministro recalcó la necesidad de reforzar la disciplina, la exigencia y el control, y concluyó resaltando el papel del BCC “en materia de otorgamiento de crédito para ir fortaleciendo la empresa estatal socialista e incentivar otras proyecciones de gobierno, como la producción de alimentos”.

En agosto pasado, el régimen cubano aprobó un programa para la bancarización del país que comprendía un grupo de medidas para incentivar el uso de los canales electrónicos de cobro y pago en la isla, donde ni los cajeros cuentan con efectivo.

"No es bancarización, es un corralito: Llamemos las cosas por su nombre", explicó el CEO de CiberCuba, Luis Flores, denunciando que el régimen llevaba meses promoviendo una bancarización acelerada y obligatoria, por detrás de la cual se estaban implementando restricciones en los retiros o movimientos de fondos que limitaban el acceso de los cubanos a sus salarios, ahorros y capital en un momento de crisis.

A pocos días de implementado el proceso de bancarización, muchos dueños de negocios privados en Cuba se resistían a desarrollar su actividad según los dictados del gobierno y rechazaban la obligatoriedad de realizar cobros mediante canales electrónicos para así disponer del efectivo necesario para realizar pagos y otras operaciones.

Así lo explicó el ahora ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez (entonces ministro-presidente del BCC) en una reunión en la que afirmó que los “nuevos actores económicos” ofrecen “resistencia a la medida” de bancarizar las transacciones para los cobros y pagos.

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