David Knezevich, exesposo de Ana María Knezevich Henao, una mujer de 40 años residente en Florida y desaparecida en España desde febrero, fue arrestado en el aeropuerto de Miami cuando llegaba en un vuelo procedente de Belgrado, ciudad donde se encontraba desde hacía meses.
Desde el comienzo Knezevich había sido el principal sospechoso de la desaparición de su expareja, ya que ambos atravesaban un complicado divorcio por la disputa del patrimonio multimillonario que administraban.
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Los registros carcelarios muestran que Knezevich, de 36 años y de origen serbio, fue arrestado por el FBI el sábado acusado de secuestro, y que comparecerá ante una corte federal.
La pareja estuvo casada durante 13 años y vivían en Fort Lauderdale, en el condado de Broward, donde tenían negocios.
La mujer, estadounidense de origen colombiano, decidió trasladarse a Madrid a finales de 2023 después de varios meses de manejar un divorcio en el que ella le había propuesto a su esposo dividir los bienes en partes iguales, petición que él no aceptó.
Ana María, decidió establecerse en España porque tenía varios amigos que la ayudaron a empezar de cero en el nuevo país.
El 2 de febrero habló con una de sus allegadas sobre un inmediato viaje a Barcelona y esa fue la última vez que supieron de ella.
Al día siguiente otros dos amigos recibieron mensajes de Ana María, uno en inglés y otro en español. Sin embargo, ambos rápidamente se dieron cuenta de que los textos no parecían escritos por ella.
En los mensajes Ana María explicaba que había conocido inesperadamente a un hombre y que se iba a pasar el fin de semana a su casa en el campo, en las afueras de Madrid.
“Ayer, después de la terapia necesitaba un paseo y él se me acercó en la calle. Conexión increíble, como nunca antes”, decía uno de los textos.
“La forma en que se expresó en el mensaje fue muy formal, quiero decir más, fue escrito sin emoción, simplemente no fue escrito como ella escribe, conozco a mi mejor amiga, sé cómo escribe y enseguida cuando lo leí dije, ¿qué es esto?, esta no es ella”, dijo Sanna Rameau, amiga de Ana María.
El mismo día de su desaparición, las cámaras de seguridad de edificio en el que residía en el barrio de Salamanca, en Madrid, fueron desactivadas con spray.
La cerradura del apartamento de Ana María no fue forzada y los servicios de emergencia encontraron el apartamento vacío y sin ningún desorden apreciable. Su teléfono celular no fue localizado durante el registro.
En las primeras etapas de la investigación, el caso fue trasladado a un juzgado que conoce de casos de violencia de género.
Desde el primer momento la familia de Ana María desconfió de la actitud de Knezevich. Al principio no contestó el teléfono y luego negó saber algo sobre su paradero, afirmando que se encontraba en Serbia en el momento de su desaparición.
Su cooperación con las autoridades siempre fue limitada y contrató los servicios de un abogado penalista en Estados Unidos tan pronto como comenzó la investigación.
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