Las autoridades cubanas planean reabrir El Golfito de Alamar, un antiguo centro recreativo ubicado en ese reparto de La Habana del Este, que durante varias décadas fue un importante punto recreativo para la población de esa zona de la ciudad.
Un reportaje del portal independiente 14ymedio reveló que desde hace varias semanas una brigada estatal trabaja en las labores de reconstrucción de las viejas estructuras, y en el chapeo y desbroce de la maleza que se ha apoderado de las áreas luego de tantos años de abandono.
Según reveló un trabajador identificado como Rolando, se está llevando a cabo "un proyecto comunitario" del Estado y el objetivo es inaugurarlo "a inicios del verano".
"La entrada será a 200 pesos para los mayores de 12 años y gratuita para los más chiquitos. Toda la oferta será en pesos", detalló, y agregó que habrá "una cafetería, un ranchón, columpios, un cachumbambé y estamos sembrando plantas".
De acuerdo con 14ymedio, ya se repararon las rampas y se destupieron los hoyos, aunque de manera general las obras no han avanzado mucho y el lugar sigue pareciendo una excavación arqueológica.
"Hace varios años una niñita que estaba jugando en uno de los 'castillitos' murió porque se derrumbó la estructura", reveló Rolando sin dar más detalles, antes de que uno de sus compañeros le advirtiera que "estás hablando de más".
El gobierno cubano ha dejado destruir año tras año los sitios que servían para la recreación de las familias.
Recientemente trascendió que la Empresa de Recuperación de Materias Primas (ERMP) de Guantánamo empezó a construir parques infantiles con viejos neumáticos reciclados, y así trata de frenar la desaparición de los parques originales.
Los operarios transforman gomas completamente inservibles en tractores, motores y túneles laberínticos, y conforman módulos que luego son usados para edificar acogedores parques infantiles.
Otros parques emblemáticos siguen sumidos en el abandono.
Imágenes recientes del Parque Lenin de La Habana difundidas por CubaNet muestran las atracciones detenidas, oxidadas y rodeadas de maleza, una dolorosa prueba de la desidia institucional en Cuba.
Considerado el corazón verde de La Habana, el Parque Lenin, que fue un lugar de diversiones, cultura y naturaleza, se encuentra en un deplorable estado de deterioro.
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