Miguel Ángel Ruano, presidente del Gremio Médico Cubano Libre, ha tenido acceso a una carta que el Ministerio de Salud de Cuba ha hecho llegar a los directores y jefes de departamentos de posgrado en la Isla alertando de que la situación epidemiológica actual puede tornarse "más compleja". El Minsap se refiere al aumento de los episodios de fiebre "inespecífica" que se han dado en Santiago de Cuba y que ha tenido que admitir la prensa oficialista. El problema es que Ruano considera que "el sistema de salud no está preparado para afrontar" esta epidemia de Oropouche en la mayor de las Antillas y la falta de recursos puede provocar que muchos de estos contagios se compliquen en meningitis o encefalitis, mucho más graves.
De hecho, en la carta a los responsables de posgrado, el profesor José Luis Aparicio Suárez, director general de Docencia Médica, reconoce que "actualmente no se disponen de vacunas ni medicamentos antivirales específicos para tratar la infección por OROV". De ahí que el enfoque del tratamiento que se recomienda sea el paliativo, "centrado en aliviar el dolor, rehidratar al paciente y controlar cualquier vómito que pueda presentarse".
Asimismo, advierte de que en aquellas situaciones en las que "la enfermedad se manifieste de forma neuroinvasiva, será necesario el ingreso del paciente en unidades especializadas que permitan un monitoreo constante".
En una entrevista concedida a CiberCuba, Miguel Ángel Ruano, médico cubano residente en Colombia, explicó que en su carta a los jefes de departamento el doctor José Luis Aparicio Suárez habla de la necesidad de preparar a los responsables de los departamentos, ante la alerta de la Organización Panamericana de la Salud sobre brotes del virus Oropouche (OROV), que se transmite a través de la picadura del jején culicoides paraensis y el mosquito Culex quinquefasciatus.
Según el documento al que ha tenido acceso a CiberCuba y que fue enviada al Gremio Médico Cubano Libre por sus afiliados en la Isla, estaríamos hablando de un período de incubación de 5 a 7 días, en los que los pacientes experimentan fiebre alta, cefalea con fotofobia, mialgias, artralgias y en algunos casos, exantemas. "En ciertos pacientes los síntomas pueden ser más severos e incluir vómitos y hemorragias", insiste la misiva que aclara que la infección puede durar de 2 a 3 semanas.
También admite que "en situaciones excepcionales" el OROV puede provocar meningitis y encefalitis, y en estos casos los pacientes muestran síntomas como vértigos, letárgica, nistagmos y rigidez de nuca. Como es habitual, el virus puede ser detectado en el líquido cefalorraquídeo.
Por último aborda las medidas de control vectorial se enfocan "en la reducción de las poblaciones de mosquitos mediante la identificación y la eliminación de los lugares de desarrollo y reposo de los vectores".
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