Claudia Sheinbaum Pardo, de 61 años y originaria de Ciudad de México, resultó elegida como la primera presidenta de México en una elección marcada por la alta participación y una contundente victoria para el partido gobernante, Morena.
Sheinbaum Pardo, activista universitaria en su juventud, doctora en Física y jefa de gobierno de la capital antes de aspirar a la presidencia, obtuvo entre 58,6% y 60,7% de los votos emitidos.
Aunque las cifras son preliminares, el conteo rápido indica que el resultado supera el 53% alcanzado por su predecesor y mentor político, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en 2018.
La elevada cifra de votantes refleja la movilización de un electorado marcado por la fuerte polarización en el país. Sheinbaum, sucesora del populista López Obrador, capitalizó el apoyo del presidente saliente, aunque ella misma carezca del mismo nivel de carisma político.
A pesar de la euforia generada por la elección de la primera mujer presidenta en 200 años de independencia, es importante analizar el contexto y las implicaciones de este resultado. La victoria de Sheinbaum pone de manifiesto la falta de alternativas viables y la debilidad de la oposición, representada por Xóchitl Gálvez, quien obtuvo entre 26% y 28% de los votos.
Si bien la irrupción de Morena significó una novedad en el panorama político mexicano, el mandato de AMLO y la “continuidad” de Sheinbaum empiezan a ser percibidos por algunos analistas como un retorno de los tiempos del control absoluto del “priísmo”.
La elección, desarrollada en un ambiente de violencia (con 37 candidatos asesinados durante la campaña), subraya los serios problemas de seguridad que persisten en el país, agravados por un control territorial todavía mayor de las mafias y carteles de la droga.
Además, la centralización del poder en Morena plantea preocupaciones sobre el equilibrio de poderes y el futuro de la democracia en México.
Sheinbaum ha prometido gobernar para todos los ciudadanos, pero su capacidad para abordar los desafíos económicos y de seguridad, sin recurrir al populismo y sin depender del legado de López Obrador, está por verse. La nueva presidenta deberá demostrar que puede implementar políticas efectivas y sostenibles en lugar de seguir únicamente la retórica de su antecesor.
La inversión extranjera y las remesas han aumentado en México, pero la desigualdad y la violencia continúan siendo barreras significativas para el desarrollo. Sheinbaum tendrá que lidiar con estas realidades mientras intenta consolidar su liderazgo y evitar que su administración se vea como una mera continuación del mandato de López Obrador.
¿Qué posición tiene la futura presidenta mexicana respecto al régimen cubano?
En el último debate televisado entre los candidatos a la presidencia de México, centrado en temas de política exterior, Sheinbaum sostuvo que “se acabó la sumisión en la política exterior” y se refirió a episodios de gobiernos anteriores del PAN para ejemplificar el “rescate” de la soberanía mexicana por parte de AMLO.
En ese sentido, citó la frase que Vicente Fox le dijo en conversación privada al dictador Fidel Castro previo a la celebración de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo que se realizó en Monterrey, el 22 de marzo del 2002, según Telediario.
“Comes y te vas”, le propuso Fox en una llamada que el mismo Fidel Castro filtró, y que dejaba al descubierto la preocupación del anfitrión y mandatario mexicano por evitar un encuentro problemático entre el dictador y el presidente estadounidense George W. Bush. Aunquer la frase no es textual, quedó enmarcada como imagen de la supuesta sumisión de Fox ante Estados Unidos.
“La política de AMLO en el exterior es un orgullo, es un timbre de orgullo. Recibimos vacunas durante la pandemia”, dijo Sheinbaum Pardo durante el debate. Precisamente, fue ella la encargada –como gobernadora de la capital mexicana- de negar la acusación de fraude en la contratación de 585 médicos cubanos sin titulación académica para atender la situación de emergencia generada por la COVID-19 a finales de 2020 en su país.
“No hay nada absolutamente que esconder, fueron distintos profesionales de la salud que vinieron a México a apoyar, fueron dos periodos en donde estuvieron, principalmente en la Ciudad de México, aunque también en otras entidades y con todo gusto podemos darles toda la información, creo que ya la Secretaría de Salud lo hizo, cuántos médicos, enfermeras especialistas, se incorporaron a salvar vidas en nuestra ciudad”, declaró la entonces jefa de Gobierno de Ciudad de México.
Acusando a la derecha de estar buscando "donde no hay absolutamente nada", con el fin de mostrar "algún tema con relación a esta solidaridad que recibimos por parte de los médicos cubanos", Sheinbaum reconoció que su gobierno pagó por esa solidaridad.
"Por supuesto que se les pagó, no fue gratuita esta solidaridad, se le pagó a los médicos, igual que se les pagó a los médicos mexicanos y se hizo un convenio totalmente oficial", afirmó la funcionaria.
A la sombra de AMLO, la ganadora de los comicios y futura presidenta de México ha visto estrecharse los lazos del Palacio Nacional mexicano con el Palacio de la Revolución del régimen cubano.
Contratación de médicos, compra de vacunas desarrolladas en Cuba, entendimientos en temas migratorios, declaraciones a favor del levantamiento del embargo estadounidense y suministro de petróleo a precios preferenciales han dado forma a la sintonía política entre AMLO y el régimen cubano.
En este periodo de acercamiento, México se convirtió en el segundo suministrador de crudo a Cuba, por detrás de Venezuela. Estados Unidos ha exigido claridad a sus socios mexicanos en relación con los pagos de La Habana por unos envíos que López Obrador calificó como donaciones, en contra de las explicaciones ofrecidas por el presidente de PEMEX (la empresa estatal Petróleos de México).
“Evidentemente tenemos que fortalecer la relación con Estados Unidos y Canadá, tenemos un Tratado de Libre Comercio, hoy somos los principales socios comerciales con los Estados Unidos. Ya hay diálogos de alto entendimiento en materia económica, en materia de migración, en materia de seguridad, y vamos a mantener esos diálogos”, indicó Sheinbaum en el debate antes de los comicios.
El tiempo dirá si la primera presidenta de México mantendrá la relación especial construida con La Habana por su predecesor, o si dará la sorpresa y se distanciará de un régimen que niega derechos y libertades a los cubanos, entre ellas las de elegir libre y democráticamente a quienes les gobiernan.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: