Los carabineros italianos detuvieron este jueves a un joven cubano de 22 años que convirtió el sótano de su casa en Roma en un laboratorio clandestino, donde fabricó un arsenal de armas y municiones, informaron las autoridades en un comunicado.
El cubano, identificado como Edgar Molina, tenía en el sótano de su vivienda numerosas armas, entre ellas una peligrosa metralleta completamente casera, una pistola repintada con el número de serie parcialmente desgastado, otra pistola repelente de perros y una en forma de bolígrafo, construida también por él mismo.
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Molina guardaba, además, un revólver cargado debajo de la almohada de su cama.
Durante el registro de la propiedad, los Carabinieri (policía militarizada) encontraron, además de las armas, numerosos materiales e instrumentos de precisión, como tornos, sierras y herramientas, necesarios para la producción de los artefactos, así como instrucciones manuscritas en español por el joven, con los planos para fabricar el armamento.
Con la ayuda de los carabinieri del escuadrón antibombas de la Comandancia Provincial de Roma, también se incautaron dos grandes botes de gas lacrimógeno de fabricación casera, pólvora y material para confeccionar artefactos pirotécnicos peligrosos.
Igualmente, los agentes hallaron 100 cartuchos artesanales y 20 gramos de hachís.
Molina fue arrestado y llevado a prisión sospechoso de los delitos de posesión ilegal de armas y municiones, y fabricación ilegal de armas y municiones. La policía italiana investiga si el joven estaba al servicio de grupos criminales más estructurados.
Su detención se llevó a cabo en su domicilio en Villaggio Falcone, en el barrio de Ponte di Nona, por carabineros de la comisaría Settecamini de Roma y de la unidad operativa de la compañía Tivoli, de acuerdo con la Fiscalía de Roma.
La policía había emprendido una redada en esa zona de la capital italiana luego de que el pasado 23 de mayo una mujer de 81 años, identificada como Caterina Ciurleo, murió por el impacto de una bala perdida durante un tiroteo entre bandas criminales, según informaron medios italianos.
Los agentes decidieron registrar la casa de Molina porque ya había sido anteriormente arrestado por tráfico de drogas, y en el lugar descubrieron “a un joven que estaba dispuesto a hacer la guerra”, dijeron los investigadores.
El cubano es considerado por la policía “con plena capacidad para construir, modificar y aumentar la potencia de diversas armas”.
El comunicado señaló, además, que el caso se encuentra en fase de investigación preliminar y “el sospechoso debe ser considerado inocente hasta una posible sentencia definitiva”.
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