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La propagación del virus oropouche en el municipio de Pedro Betancourt, en Matanzas, demuestra las deficiencias en la gestión sanitaria y medioambiental de las autoridades cubanas.
A pesar de los recientes esfuerzos anunciados por la Dirección General de Salud de Matanzas, la proliferación de casos de "Fiebre de Oropouche" evidencia que son insuficientes las acciones preventivas en el territorio.
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Yenisleidys González Prendes, máxima responsable de la salud en Pedro Betancourt, declaró que se ha implementado una estrategia de enfrentamiento integral para reducir los casos existentes.
Los primeros casos fueron en la periferia del municipio, pero ya está en todo el territorio. "Hemos estado trabajando con el autofocal en esas viviendas", dijo la funcionaria.
Sin embargo, la existencia de numerosos salideros de agua, basureros, y espacios naturales ideales para la reproducción de mosquitos, agrava la situación y dificulta el control del vector.
Carlos Alberto García Morales, epidemiólogo, subrayó la necesidad de ser proactivos en la lucha contra el oropouche, pero reconoció que las medidas preventivas, como la eliminación de criaderos de mosquitos, no han sido suficientes.
Yonel Estrada Ramírez, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, instó a incrementar las labores de saneamiento e higienización.
Estas acciones llegan tardíamente y no abordan de manera efectiva la raíz del problema: la persistente presencia de criaderos de mosquitos en áreas urbanas y rurales.
Cada año, durante el verano, los casos de dengue se disparan en Cuba debido a la insuficiente acción preventiva de las autoridades. La situación actual con el virus oropouche no es diferente, y refleja un patrón de respuesta reactiva en lugar de preventiva por parte del gobierno.
La cooperación ciudadana es fundamental, pero sin un apoyo estructural y recursos adecuados, los esfuerzos comunitarios son insuficientes para controlar la epidemia.
La población de Pedro Betancourt y de otros territorios afectados en el país, como Santiago de Cuba, clama por una gestión más eficiente y efectiva que no solo reaccione ante la emergencia, sino que implemente soluciones sostenibles a largo plazo para prevenir futuras epidemias.
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