Una joven cubana, Karla Martín, compartió en TikTok un vídeo en el que se refirió a algunas cosas que en Cuba le parecían imposibles y que ahora en Estados Unidos ve como normales.
Karla (@karlybeautyservices en la red) se refirió primero al hecho de manejar un auto, acotando que en la isla ni siquiera montaba bicicleta porque se caía.
"Yo llegué a pensar, en mi mente, que yo tal vez no tenía la capacidad de manejar absolutamente nada... Yo ni siquiera nunca pensé que iba a tener que manejar un auto. En Cuba, la mayoría de las personas que tienen carro son hombres y las mujeres que manejaban tenían, no sé, el superpoder del equilibrio. Luego llegué a Estados Unidos y me di cuenta de que manejar era para todas las personas", confesó en ese sentido.
"Hoy en día ya tengo mi segundo auto porque el primero lo rompí aprendiendo a manejar y de hecho hoy en día incluso ya he manejado hasta bote", celebró.
Otra de las cosas que mencionó es emprender un negocio propio. "Yo sé que esto solo me lo podrán entender cubanos regulares o cubanas regulares... para mí eso no era algo que no podía hacer porque abrir un negocio propio era algo, un talento con el que se nacía... En Cuba abrir un negocio o crear una compañía está solamente reservado para personas superpoderosas y con superpoderes. Llegué aquí y me di cuenta que emprender estaba especialmente reservado para las personas que tuvieran la voluntad de hacerlo".
También habló sobre lo que representa poder elegir lo que come: "Si me hubieses preguntado hace tres años te hubiera dicho que yo nunca pasé hambre en Cuba, pero con los años me he dado cuenta de que tal vez para que a mí nunca me faltara un plato de comida, tal vez alguien más tuvo que dejar de comer... En Cuba, comer lo que te apetezca, incluso con dinero, era algo irreal para mí. Llegué aquí y me di cuenta que las personas pueden elegir lo que quieren comer, sano o no sano para su salud. Algo tan sencillo como eso me explotó la cabeza”, contó.
Los comentarios no se hicieron esperar: “Yo llevo años en este bello país y nunca he manejado. Y le pido a Dios que me dé fuerzas para que se me quite el miedo de manejar”; “Eso me está pasando a mí, siento que yo misma me estoy poniendo las trabas para aprender a manejar creo que no soy capaz”; “Tal cual lo cuentas créeme a mí me pasó lo mismo”; “Voy por el tercer carro y aprendí a los 49”, le dijeron
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