Imágenes de la cámara corporal de uno de los rescatistas que intervino en los primeros momentos luego de que el cubano José Ángel Abreu fuera mordido por un tiburón en la tarde del lunes, revelan la profesionalidad del servicio de emergencias y el duro trance del pescador.
En el video -dado a conocer por medios locales de prensa- se ve que Abreu no perdió la conciencia y que parte clave de los primeros auxilios fue hacerle compresión en el muslo para contener el sangrado y evitar una hemorragia que hubiera sido letal.
Las imágenes muestran también la preocupación de sus hijos, que fueron testigos del duro momento.
El cubano estaba pescando con arpón en un arrecife de la costa de Key West cuando fue atacado. Fue sacado a la orilla en Stock Island, poco después, y trasladado en helicóptero por vía aérea al hospital.
“Me hubiera muerto y con los niños míos viendo todo ahí, que estaban al frente”, dijo Abreu en declaraciones a una periodista de Noticias Telemundo.
El cubano, de 37 años y residente en la ciudad de Opa-locka, en el condado de Miami-Dade, estaba ayudando a un amigo a pescar con arpón y tenía al lado un pez cuando un tiburón toro se le acercó.
“Eso fue como un relámpago, ver el tiburón que se acerca a ti con la boca abierta, lo único que puedes pensar es que te va a comer”, describió el hombre, quien forcejeó y logró liberarse.
Sin embargo, el escualo se fue y regresó a morder su pierna izquierda y ahí sí ya no pudo evitarlo, pese a que la víctima del ataque explica que cuando se le prendió en sus extremidades inferiores, trató de darle golpes.
El cubano también resultó herido en el lado derecho del pecho y en el brazo izquierdo.
Fue gracias a su amigo, David Cruz, que logró asustar al tiburón que, herido, José Ángel Abreu consiguió llegar al bote donde lo esperaban sus hijos de 10 y 12 años.
No perdió nunca el conocimiento, ni mientras el barco volvía al puerto deportivo, ni cuando se lo llevaron en un helicóptero médico.
En otra de las entrevistas que ha concedido en estos días desde el hospital Jackson Memorial South, donde está ingresado, ha subrayado que pensó que iba a morir y que sus hijos le suplicaban que no se muriera.
"Me siento feliz de tener una segunda oportunidad y de por los menos estar entero y que no me falte ninguna parte del cuerpo”, concluye con humildad y visiblemente emocionado, José Ángel Abreu, que está consciente de que ha vuelto a nacer.
“Es poco probable que un tiburón ataque y aún es menos probable que se dé la vuelta y siga intentándolo”, dijo la bióloga Camila Cáceres en declaraciones al citado medio de prensa.
Sin embargo, en los últimos meses crecen los reportes en diferentes costas de Estados Unidos que dan fe varios ataques, algunos de ellos con heridas importantes.
El año pasado hubo 36 ataques de tiburones no provocados contra humanos en Estados Unidos, y dos de esas personas murieron, según datos del Archivo Internacional de Ataques de Tiburones del Museo de Historia Natural de Florida, en su informe anual más reciente.
El proyecto, que documenta los ataques de tiburones en todo el mundo, dice que el riesgo de ser atacado por un tiburón es relativamente pequeño, pero advierte que los nadadores pueden minimizar su riesgo aún más permaneciendo en grupos y más cerca de la costa.
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