Un joven cubano residente en Granma que el viernes recibió un disparo de un policía se encuentra en estado muy grave y es posible que no sobreviva.
Ernesto Figueredo Alarcón, de 23 años, fue herido en su propia casa, en el reparto Rosa La Bayamesa. Está ingresado en terapia intensiva en el Hospital General Provincial Carlos Manuel de Céspedes con diagnóstico de muerte encefálica.
El tirador es un policía conocido como Chucho, quien es amigo y vecino de la víctima.
Según relató la familia al portal independiente CubaNet, el hecho habría ocurrido el viernes a las 6:10 pm, cuando ambos estaban solos en una habitación conversando. Entre ellos no había ningún problema y no estaban discutiendo cuando se oyó el disparo.
En este momento hay miembros de la Policía y la Seguridad del Estado en el hospital. El tirador fue detenido, pero hasta ahora no se le ha informado a la familia cuál fue su declaración acerca de la causa del hecho.
CubaNet conversó con el personal médico que atiende a Ernesto, quien aún tiene la bala alojada en el cerebro y sufre una fuerte hemorragia. El galeno detalló que si el paciente sobrevive es por los aparatos a los que está conectado.
Por otra parte, una amiga del joven, llamada Delia Ramírez, denunció en Facebook las irregularidades que existen en el Ministerio del Interior, que podrían haber desembocado en el trágico suceso, ya que Chucho es una persona con problemas mentales.
"Antes era trabajador de la campaña antivectorial y luego pasó un curso, se hizo policía y le dieron un arma, a una persona que no está en los cinco sentidos. Más anormal es el que lo hizo. Ellos se llevaban bien y aun así le desgració la vida a Ernesto", lamentó.
Según Delia, en el momento del disparo hubo un testigo: el sobrino de Ernesto, un niño de seis años.
"Cómo sucedió y por qué, eso solo lo saben ellos. Ernesto no tiene cómo contarlo, Chucho no ha querido hablar y el niño solo tiene seis años y está demasiado traumatizado por lo que presenció", subrayó.
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