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El gobierno cubano anunció que está en la búsqueda de apoyo de inversores extranjeros, para solucionar la crisis en la gestión de residuos sólidos en el país, sobre todo en La Habana, donde el incremento de la basura pone en peligro la salud de miles de personas.
Granma informó que varios inversores extranjeros presentaron sus alternativas para solucionar el problema de la basura en el Sistema Integral de Gestión de Residuos de La Habana. El régimen asegura que hay más de diez proyectos de inversión extranjera en este tema.
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El subdirector de Inversiones y Desarrollo de la Dirección Provincial de Servicios Comunales, Hermes Tomás del Toro Acevedo, dijo que la mayoría de esos proyectos están orientados a generar electricidad, al aprovechamiento de gases y al reciclaje de varios materiales, como plásticos y vidrios.
Sin embargo, ninguno de los proyectos está en funcionamiento aún. Mientras avanzan en la exposición de ideas y el papeleo burocrático, la basura se acumula en las calles de La Habana y de otras urbes del país.
Una empresa japonesa propuso el montaje de una planta de gestión de residuos, donde los desechos llegan sin clasificar, se recupera lo reciclable y se produce energía eléctrica. La compañía extranjera tendrían bajo su responsabilidad toda la cadena logística.
Un grupo mexicano propone fabricar mobiliario para el turismo, a partir de la materia prima de los residuos. Este proyecto se inspira en teorías de la economía circular, que en principio suena bien pero podría no ser lo que más necesita Cuba.
Usarían los desechos sólidos enterrados en el basurero de la calle 100, en el municipio de Marianao. Además deben extraer, junto a una agencia de cooperación suiza, el metano para utilizarlo como combustible y para quemarlo de forma ecológica. Tendrían un bono de carbono otorgado por las Naciones Unidas.
Desde Argentina llega un proyecto que convierte la basura con nivel calórico en paca, un biocombustible. Una empresa española y otra húngara proponen generar electricidad a partir del tratamiento de residuos, lo que sería un respaldo a plantas de producción de materiales de la construcción y de papel, respectivamente.
Una compañía italiana usaría la basura de La Habana para el reciclaje y el suministro de energía a pequeña escala.
Las propuestas están evaluándolas un "grupo científico" con especialistas de una gran cantidad de instituciones cubanas, entre las que se menciona:
- Dirección Provincial de Comercio Exterior, Inversión Extranjera
- Universidades
- Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos
- Ministerio de Salud Pública
- Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
- Empresa Provincial de Higiene Comunal.
El propio gobierno reconoció que desde 1976 existen los vertederos a cielo abierto en la capital del país. Los más grandes se encuentran en Marianao, El Cotorro y La Habana del Este. Todos constituyen fuentes contaminantes.
En abril, un estudio de Cuba Siglo 21 aseguró que en La Habana el régimen deja de recoger cada día el equivalente a tres piscinas olímpicas de basura.
La capital se ha convertido en un "foco crítico de inseguridad sanitaria" porque los vertederos a pie de calle favorecen la proliferación de ratas y mosquitos, el dengue y la leptopirosis y provocan incendios urbanos por producción de gas metano.
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