Con su enésima actuación legendaria, el cubano Wilfredo León resultó un auténtico látigo para Estados Unidos y Polonia avanzó a la gran final del voleibol masculino de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Apodado como “El Rey”, León está a un paso de tocar la gloria con el país que lo acogió, después de marcar la friolera de 26 puntos y salir airoso en un inolvidable partido versus los norteamericanos.
El pleito consumió los cinco sets, con apretados tanteadores de 25-23, 25-27, 14-25, 27-25 y 15-13. Dicho esto, resulta válido destacar que el tie break, una guerra sin cuartel ni trincheras, tuvo un apellido: León.
Desde hace varias temporadas, el nacido en la provincia de Santiago de Cuba, considerado un prodigio desde su adolescencia y paso por el equipo nacional de su tierra natal, es visto como el mejor voleibolista del planeta.
Así, los polacos, que ganaron el oro en la cita de Montreal 1976, anhelan reverdecer laureles con una generación muy talentosa.
Ganar el título pasa únicamente por batir al local Francia, que tendrá el público de su lado y confía en la posibilidad de repetir (defender) su reinado en Tokio 2020.
De hecho, los galos están en óptima forma competitiva, algo que demostraron la víspera al eliminar al potente Italia en solo tres parciales. Toda una barbaridad para el nivel existente en el voleibol masculino en la actualidad.
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