Un cubano desamparado y enfermo mental, se ve obligado a lavarse la cabeza en un charco de agua sucia y estancada, en el corazón de El Vedado, en La Habana, porque no tiene hogar ni una institución que lo respalde.
Las imágenes fueron compartidas por el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) en su página de Facebook. El video es una evidencia de la situación de abandono en la que viven personas vulnerables en la isla, sin acceso a atención médica o apoyo por parte del régimen.
El hecho tuvo lugar en la calle H, entre Calzada y 9na, donde el agua se acumula en charcos llenos de residuos.
Este hombre, cuyo hogar improvisado se encuentra en el deteriorado graderío del Parque Deportivo José Martí, usó el agua contaminada porque es la única opción para su higiene personal.
El lamentable suceso no sólo pone de manifiesto la extrema precariedad en la que vive esta persona, sino también la indiferencia del Estado hacia aquellos que, como él, han sido olvidados.
El parque, otrora un espacio dedicado al deporte, hoy se ha convertido en un refugio de desesperanza para al menos cinco personas más, quienes sobreviven en condiciones inhumanas y sin acceso a los servicios más básicos.
El abandono de estos ciudadanos, obligados a subsistir en la miseria diaria, es una dolorosa evidencia del desinterés del gobierno por los más vulnerables de la sociedad.
Día tras día, muchas personas sin hogar enfrentan la dureza de la vida en las calles de Cuba, sin la mínima esperanza de una solución, mientras las autoridades permanecen inmutables ante su sufrimiento del pueblo.
El ICLEP hizo un llamado a los cubanos a no permanecer en silencio frente a esta triste realidad.
Las personas sin hogar son un grupo cada vez mayor en Cuba. Sus historias están marcadas no solo por enfermedades mentales, también por el incremento de la pobreza extrema en el país, y por la crisis migratoria, en la que miles de ancianos han quedado sin un familiar a su cargo.
Estas cuestiones están directamente relacionadas con las erradas políticas económicas del régimen. Las autoridades en junio anunciaron un plan para retirar a las "personas deambulantes" de las calles.
Entre las acciones previstas está la creación de un Centro de Protección Social en Las Tunas, el cual se sumará a los ya establecidos en Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín, Granma y Santiago de Cuba. Sin embargo, estas instituciones son insuficientes.
Desde el gobierno intentan dejar el peso de la responsabilidad de estos casos sociales a las familias, pero la mayoría son extremadamente vulnerables, o simplemente no hay jóvenes ya que pueden cuidar de estas personas, porque abandonaron el país.
Los ancianos y enfermos mentales sin hogar en Cuba necesitan atención, respeto y apoyo. Sus historias deben ser visibilizadas para que no continúen en el olvido.
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