La crisis alimentaria en Cuba ha alcanzado niveles alarmantes, con la población enfrentando una creciente escasez de productos básicos y sin que el régimen ofrezca soluciones.
Linorka Montenegro, una cubana de 55 años, reconoció en declaraciones a la agencia AFP que "la verdad" es que "esto está mal".
"El frío mío está vacío, no hay nada", confiesa la mujer, cuyo comentario refleja el sentimiento generalizado en la isla, donde además de la inflación y la escasez, también están en falta los alimentos subsidiados, que durante décadas han constituido un alivio para las familias cubanas.
Esta semana trascendió que los faltantes en los productos que el gobierno norma para su población continuarán durante el mes de septiembre, donde los cubanos dejarán de recibir el café y el aceite, hay faltas en la distribución de azúcar y no se completan las libras de los restantes por otro mes consecutivo.
Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, explicó que en Cuba "no tenemos previsto para el mes de septiembre, como no hubo en agosto, ni aceite, ni café".
Incapaz de garantizar la canasta básica, el régimen ha modificado hasta los gramajes del pan. En la actualidad, el pan racionado ha disminuido de 80 a 60 gramos, y los cubanos se ven obligados a hacer largas filas para recibir una ración que apenas satisface sus necesidades.
La situación se agrava con reportes de que barcos cargados de trigo, arroz y otros alimentos permanecen anclados en puertos por falta de financiamiento para el pago de la mercancía.
"A mí me tocan siete panes al día, uno por cada integrante de la familia. Mis nietos prácticamente se los comen todos", explicó Rosalía Terrero, trabajadora de una bodega en Centro Habana.
Señala otro elemento que el régimen cubano intenta menospreciar, y es el descontento popular: "El cubano se mantiene enojado desde que se levanta hasta que se acuesta", dijo Terrero.
El Ministerio de Industria Alimentaria admitió que, para septiembre, solo se han adquirido 600 toneladas de trigo, muy por debajo de las 3,000 toneladas necesarias mensualmente.
Cuba atraviesa su peor crisis económica desde la década de 1990, caracterizada no solo por la escasez de alimentos, sino también por la falta de medicinas, combustible y un aumento constante en la inflación.
El minitro de Energía, Vicente de la O Levi, señaló que un barco de 20 mil toneladas alcanza para una semana. Se precisan 2 o 3 barcos durante 7 días para abastecer diesel, gasolina, gas licuado, fuel oil y turbocombustible para mantener al país funcionando y disminuir los apagones, que actualmente alcanzan hasta 12 horas diarias en varias localidades.
La crisis, que se agravó desde 2021 con la implementación de fallidas políticas económicas, ha modificado el panorama nacional. El éxodo hizo que la población cubana se desplomara un 18 % entre 2022 y 2023 hasta situarse en los 8,62 millones de personas.
La población económicamente activa huyó de Cuba, donde el grupo de la tercera edad es el único en crecimiento dentro del país.
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