El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, falleció este viernes tras un ataque aéreo israelí en Beirut, lo que marca un punto de inflexión en el conflicto entre Israel y el grupo militante libanés, designado como organización terrorista por Estados Unidos, Israel y otros países de la Liga Árabe.
Nasrallah, quien lideró Hezbolá durante más de tres décadas, jugó un papel fundamental en la transformación del grupo en una de las organizaciones paramilitares más poderosas de Medio Oriente. Según la agencia AP, su muerte no solo afecta a la organización, sino que también tiene implicaciones profundas para la región y sus alianzas, especialmente con Irán.
Acusado desde su fundación de llevar a cabo una serie de atentados contra objetivos judíos e israelíes, el brazo militar de Hezbolá su figura en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE).
La aniquilación del líder, tras un bombardeo aéreo sobre una edificación considerada el cuartel general de la organización, se produce luego de que los servicios secretos de Israel (Mosad) presuntamente sorprendieran al mundo con una operación inédita y audaz que provocó la explosión de decenas de dispositivos de comunicación -beepers y walkie-tokies- que dejaron varios muertos y miles de heridos entre milicianos y altos mandos de Hezbolá.
Un líder controvertido
Hassan Nasrallah, de 64 años, se convirtió en líder de Hezbolá en 1992, tras la muerte de su predecesor, Sayyed Abbas Musawi. Bajo su mando, Hezbolá no solo libró guerras contra Israel, sino que también se involucró activamente en el conflicto en Siria, apoyando al dictador Bashar al-Assad y fortaleciendo el Eje de la Resistencia, una red de alianzas respaldada por Irán.
Nasrallah fue clave en consolidar alianzas con líderes religiosos chiítas y otros grupos militantes, como Hamás, posicionándose como un enemigo formidable de Israel. Según la cuenta oficial en X del Estado de Israel (en Español), además del líder de Hezbolá, el bombardeo acabó con la vida de Ali Karki, comandante del frente sur de Hezbolá, y otros comandantes de la organización terrorista.
Nacido en una familia chiíta pobre en los suburbios de Beirut, Nasrallah creció en medio de la inestabilidad del Líbano. Se unió al movimiento Amal y posteriormente participó en la fundación de Hezbolá, un grupo que Irán creó en 1982 para luchar contra la ocupación israelí en el sur del Líbano.
Desde su llegada al liderazgo, Nasrallah transformó a Hezbolá en una fuerza política y militar influyente, idolatrado por sus seguidores en el Líbano y respetado en todo el mundo árabe e islámico.
El ataque mortal y sus implicaciones
El ataque aéreo israelí que acabó con la vida de Nasrallah se produjo en el suburbio de Haret Hreik, en el sur de Beirut, donde seis edificios fueron derribados en el mayor ataque a la capital libanesa en casi un año de combates entre Israel y Hezbolá.
Aunque Israel no ha confirmado oficialmente que Nasrallah era el objetivo, tres importantes canales de televisión israelíes informaron que su muerte fue el resultado de los ataques en los suburbios del sur de Beirut. La operación también dejó decenas de muertos y heridos, y afectó la sede de Hezbolá en la ciudad.
La muerte de Nasrallah plantea serias preguntas sobre el futuro de Hezbolá y su papel en la región. Su liderazgo fue crucial en la retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano en 2000 y en la guerra de 34 días con Israel en 2006, que consolidó su reputación como uno de los mayores enemigos del Estado israelí.
Sin su figura central, la dirección de Hezbolá podría verse fragmentada, abriendo la posibilidad de luchas internas por el control.
Reacciones de Irán y el futuro del conflicto
Irán, el principal aliado y patrocinador de Hezbolá, ha condenado enérgicamente el ataque y ha prometido una respuesta adecuada. La relación entre Hezbolá e Irán ha sido fundamental para el avance de los intereses iraníes en Medio Oriente, y la pérdida de Nasrallah es un golpe significativo para el Eje de la Resistencia.
Luego de la muerte en Teherán del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, la aniquilación de Nasrallah podría llevar a un endurecimiento de las posturas, con Irán buscando reafirmar su influencia y asegurarse de que Hezbolá continúe siendo una amenaza para Israel.
Los analistas advierten que la desaparición de Nasrallah podría escalar aún más el conflicto, con Hezbolá intensificando sus ataques en la frontera norte de Israel. Además, la falta de un sucesor claro podría generar inestabilidad dentro del grupo, lo que a su vez afectaría a la región en general.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: