Dos niños cubanos fueron vistos jugando en un charco de agua estancada en el parque Antonio Maceo, en el Malecón de La Habana, el pasado 10 de octubre.
Las aguas estancadas, además de insalubres, pueden estar contaminadas, y exponer a los pequeños a infecciones u otros riesgos.
Es probable que el estanque de agua sucia se formara durante las inundaciones provocadas a inicio de esta semana por la penetración del mar tras el paso del huracán Milton por Florida.
Aunque las lluvias en la capital han sido esporádicas, las fuertes marejadas pronosticadas por el Instituto de Meteorología (INSMET) inundaron áreas del Malecón, creando peligrosos charcos de agua sucia en los que los menores se sumergen sin supervisión.
El incidente recuerda otros casos similares en los que niños cubanos han puesto en riesgo su salud al jugar en áreas inundadas sin que padres o autoridades intervengan.
Este tipo de situaciones no es nueva en Cuba, donde las inundaciones y baches se convierten en espacios de juego improvisado para los menores.
Sin embargo, la falta de acción tanto por parte de los adultos responsables como de las autoridades competentes continúa poniendo en peligro la salud de los niños en espacios públicos que deberían ser seguros.
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