Madre de fiscal general de Virginia cuenta por qué huyó de Cuba en 1965

Miriam Miyares, madre del fiscal general de Virginia, abandonó Cuba hace 59 años: “Sabía que todo lo que había pasado para comenzar una nueva vida en Estados Unidos valió la pena para ver a mis hijos alcanzar sus sueños, algo que no sería posible en un país socialista, donde el gobierno dicta lo que puedes y no puedes hacer”.


En el mes de la herencia hispana, la cubana Miriam Miyares, madre del fiscal general de Virginia Jason Miyares, abrió las puertas de su memoria y contó cómo abandonó Cuba hace 59 años, huyendo de la opresión del régimen dictatorial de Fidel Castro, y llegó a Estados Unidos.

Miyares tiene hoy 78 años y salió de Cuba el 11 de octubre de 1965, con apenas 19, rumbo a España y, ese mismo año, emigró legalmente a EE.UU., donde se naturalizó como ciudadana estadounidense en 1982.

La cubana tuvo tres hijos en Estados Unidos. Uno de ellos es Jason Miyares, quien se convirtió en el primer hispano en ocupar un cargo estatal en Virginia, al ganar un escaño en la Cámara de Representantes en 2015. Y, seis años después, fue también el primer latino en ser electo para el puesto de procurador general del estado, que desempeña en la actualidad.

Entrevistada por medios locales, Miyares evocó los motivos que la llevaron a salir de su tierra natal, en busca de la libertad que en la isla no podría tener, luego de la llegada al poder de los Castro.

La historia se remonta a abril de 1961, en los días de la fallida invasión de Bahía de Cochinos. Era una niña de 14 años, cuando hombres armados del régimen irrumpieron en su casa una noche en busca de su hermano Ángel.

Su madre les pidió que esperaran y fue a despertarlo, pero -cuenta Miyares- que el primer cuarto de la vivienda era el suyo, y, cuando “me desperté, tenía a un tipo joven frente a mí con una pistola delante de mi cara”.

A Ángel, quien no apoyaba al régimen comunista, lo sacaron a las 2 de la madrugada de su hogar y pasó cuatro días arrestado.

La opresión y persecución hacia todo aquel que no estuviera de acuerdo con las políticas e ideología del régimen se hizo intolerable. Estados Unidos era un faro de esperanza, un país donde todos podían soñar con lograr sus objetivos con trabajo duro y determinación”, dijo en declaraciones publicadas en el sitio web de la primera dama de Virginia, Suzanne S. Youngkin.

Después de ser liberado, su hermano abandonó Cuba rumbo a Estados Unidos, donde posteriormente recaudó dinero para sacar a Miyares de la isla en 1965.

Salí de Cuba con la ropa que tenía puesta y una bolsa, y eso fue todo lo que me permitieron llevarme”, dijo al canal de televisión WAVY. “Hay que darse cuenta que para una joven de 19 años es un choque cultural. Pero sabía una cosa, sabía que viniendo aquí tendría la libertad de hacer lo que quisiera hacer.”

Miyares relató que el régimen castrista despojó a la familia de la casa que había construido su abuelo, y por esa sola razón, valía la pena correr el riesgo de abandonar su país natal en busca de libertad.

En un viaje a Miami, le enseñaron fotos de su ciudad natal. “Miro una casa y digo: ‘¿De quién es esa casa? No recuerdo esa casa’”, contó al canal televisivo. “Alguien me miró y me dijo: ‘Cariño, esa es la casa de tu familia’. Y me fui llorando, porque ahora parecía una casa de vecinos”.

Miyares se estableció en Virginia en 1987, cuando sus hijos gemelos, Jason y Bryan estaban en sexto grado, y el mayor, Steven, estudiaba el segundo año en la escuela secundaria.

A mis hijos se les enseñó desde muy pequeños cuán bendecidos eran por ser estadounidenses y por tener la libertad de expresar sus ideas, luchar y perseguir sus sueños”, afirmó la cubana.

Casi 50 años después de irse de Cuba, Miyares entró a una cabina de votación y votó por su hijo, Jason Miyares, para que la representara en la Asamblea General de Virginia.

Sobre su elección, años después, para el cargo de procurador, confesó: “Estaba extremadamente orgullosa y asombrada cuando mi hijo fue elegido fiscal general. Sabía que todo lo que había pasado para comenzar una nueva vida en Estados Unidos valió la pena para ver a mis hijos alcanzar sus sueños, algo que no sería posible en un país socialista, donde el gobierno dicta lo que puedes y no puedes hacer”.

“Tengo un gran respeto por Estados Unidos, mi país adoptivo, que me abrió los brazos a mí y a tantos otros a lo largo de tantas generaciones que han seguido el faro de esperanza que es este hermoso país”, sentenció.

El fiscal Miyares evocó este viernes la fecha que marcó el comienzo de una nueva vida para su madre y sembró las simientes que germinaron en su propia historia.

“Hoy hace 59 años, una asustada joven de 19 años subió a un avión en La Habana, Cuba, sin dinero, sin hogar y sin saber de dónde vendría su próxima comida, decidida a escapar de los horrores del socialismo castrista. ¿Su nombre? Miriam Miyares”, escribió en su perfil de X.

“Gracias por ser una inspiración y por recordarme cada día que Estados Unidos es verdaderamente la última y mejor esperanza de la Tierra”, expresó el fiscal.

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