El candidato republicano Donald Trump ha reiterado en los últimos días en varios mítines de campaña su propuesta de, si es elegido nuevamente presidente, aplicar la pena de muerte a inmigrantes que asesinen a ciudadanos estadounidenses o a agentes del orden.
“Solicito la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de la ley”, declaró Trump durante un mitin en Reno, Nevada, el pasado viernes.
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Horas antes, en otro evento en Aurora, Colorado, el expresidente ya había hecho el mismo comentario.
En Aurora, Trump afirmó que “rescataría” a la ciudad, a la que describió como "invadida y conquistada" por inmigrantes indocumentados.
“Rescataré a Aurora y a todas las ciudades que han sido invadidas y conquistadas”, aseguró.
El exmandatario ha dicho en repetidas ocasiones que las ciudades estadounidenses han sido tomadas por pandillas extranjeras.
En el caso de Aurora refirió que la tercera ciudad más grande de Colorado ha sido invadida por pandilleros venezolanos.
Además, ha culpado a su candidata rival de permitir la entrada de “un ejército de criminales extranjeros” que, según él, está destruyendo ciudades como Aurora.
En los últimos meses el expresidente ha incrementado su retórica contra la inmigración en su esfuerzo por vencer a la vicepresidenta Kamala Harris, a quien señala como responsable de las políticas migratorias de la administración Biden, calificándola como la “zar de la frontera”.
Trump ha vinculado anteriormente a los inmigrantes con la violencia en otros estados, y en un debate presidencial reciente dijo que inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, dañaban a mascotas. Las autoridades locales negaron haber recibido informes creíbles al respecto.
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