La pregunta se la vienen haciendo todos los cubanos cada vez que arrecian los apagones en la Isla, ya sea por la “coyuntura”, la “contingencia”, la “emergencia energética” o cualquiera de los eufemismos utilizados por el gobernante Miguel Díaz-Canel para justificar el encadenamiento de fracasos de su gestión.
“¿Qué hizo el régimen cubano con los 1,200 millones de euros concedido por Rusia para construir nuevas termoeléctricas?”, se preguntan una y otra vez los cubanos que leyeron y recuerdan aquella noticia anunciada a bombo y platillo por la prensa oficialista en octubre de 2015, hace ahora justo nueve años.
“Rusia concede a Cuba crédito para la construcción de termoeléctricas”, titulaba el portal oficialista Cubadebate una nota en la que afirmaba que, según la agencia rusa RIA Novosti, “la isla dispondrá de 1,200 millones de euros para la construcción de los bloques de energía en dos centrales termoeléctricas”.
La nota explicaba que “según el acuerdo aprobado por el gobierno, los recursos se invertirán en la construcción de cuatro unidades de generación eléctrica de 200 MW para las centrales termoeléctricas Máximo Gómez y Este Habana”.
"La parte rusa otorgará a la parte cubana un crédito estatal de exportación por 1 200 millones de euros para financiar la construcción de una unidad de 200 MW de potencia en la central termoeléctrica Máximo Gómez, y tres unidades de 200 MW de potencia en la central térmica Este Habana", indicaba el proyecto del acuerdo, publicado en un portal web oficial de Rusia.
En septiembre de 2022, la viceministra de Energía y Minas, Tatiana Amarán Bogachova, aseguró que el régimen cubano no había podido acceder al crédito ruso de 1,200 millones de euros para termoeléctricas, ya que no había conseguido el 10% anticipado del dinero (120 millones) para poder acceder a este crédito.
"El dinero de ese crédito no se empleó en nada. Sencillamente, no hemos podido reanudar el proyecto. Por otro lado, los créditos no son un regalo, sino un préstamo. No hay modo de que Cuba pueda emplear el dinero en otra cosa que no sea este proyecto", expresó Amarán.
Los "trabajos de preparación del proyecto", los hicieron empresas rusas y cubanas. Tardaron tres años, desde 2016 hasta 2019. Esta demora Amarán la justificó alegando que era un estudio de mucha "complejidad", pero la situación empeoró en 2020 con la pandemia del coronavirus y la profunda crisis de la economía cubana.
"Nos resultó imposible disponer del monto anticipado que permitirá que la parte rusa disponga del crédito para el proyecto", dijo Amarán y argumentó que en los últimos años el gobierno priorizó otros temas.
La viceministra señaló que, tras el pico de la pandemia de coronavirus, llegaron los "conflictos entre Rusia y Ucrania" que siguieron atrasando "tan importante proyecto".
"Esos 1,200 millones de euros son para financiar los trabajos de las empresas rusas involucradas en el proyecto, lo maneja y administra una entidad rusa desde ese país", aseguró.
Entre 2006 y 2019 el gobierno ruso prestó a Cuba $2,300 millones de dólares para financiar proyectos de energía, industria metalúrgica y transporte. Sin embargo, el régimen no garantizó el mantenimiento de las termoeléctricas.
En febrero de 2022, la Cámara Baja del Parlamento ruso ratificó la normativa que prorrogaba hasta 2027 el pago de los créditos otorgados al régimen cubano, que desde comienzos de 2020 detuvo casi por completo el pago de los préstamos, lo que "incrementó sus deudas ante bancos comerciales rusos y entidades exportadoras", según reseñó la agencia Efe.
En marzo pasado, el presidente ruso Vladímir Putin dio luz verde a la modificación de los acuerdos de crédito entre Rusia y Cuba, para reestructurar la deuda de la isla y otorgarle condiciones más favorables para el pago.
El portal de información jurídica del Gobierno ruso publicó que los protocolos estaban respaldados por el presidente ruso e incidían en los acuerdos de crédito estatal concedidos a Cuba entre 2009 y 2019 para la adquisición de hidrocarburos.
Según el viceministro ruso de Finanzas, Alexéi Sazánov, la deuda acumulada por Cuba bajo estos acuerdos ascendía a 277,2 millones de dólares.
En septiembre, el gobierno ruso declaró que confiaba en que Cuba superara la grave crisis económica que enfrenta el país y anunció su intención de otorgar nuevas líneas de crédito.
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