El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel volvió a culpar a Estados Unidos del colapso del sistema eléctrico en la isla, que tuvo su mayor punto de manifestación con la desconexión de toda la isla, lo que provocó un apagón general el viernes, que aún no se logra solucionar.
Según Díaz-Canel esta situación es una “demostración más de todos los problemas que nos causa el bloqueo, y de los impactos del bloqueo. A veces se dice que no, que es debido a la ineficiencia, a que se quiere molestar a la gente”, volviendo a intensificar sus justificaciones en esa política de Estados Unidos hacia Cuba, la cual expresó que muchos no quieren que se hable de ella.
El mandatario explicó, los dos problemas más agravantes que existen en ese sector: “uno, que no tenemos el combustible que necesitamos, y otro, que no hemos podido dar las reparaciones que se necesitan, y todo eso pasa por la divisa; divisa que no tenemos por la persecución financiera y combustible que no tenemos por la persecución energética, y es el bloqueo, es por el bloqueo recrudecido de estos tiempos”.
Sin embargo, la ilustración de Díaz-Canel y el mirar hacia el ojo ajeno se contradice con los engalanados eventos que organiza o todo el proceso inversionista que el gobierno destina hacia el turismo, un sector que va en decadencia, pero al que se le reservan significativas sumas del presupuesto del Estado, dejando a un lado, las tan importantes renovaciones que, desde hace años, demanda la infraestructura eléctrica de la isla u otros servicios básicos, actualmente en alarmantes niveles de depresión.
La publicación de los datos oficiales sobre la inversión en Cuba durante el primer semestre de 2024 reavivó el debate sobre la distribución de recursos en la isla, particularmente la insistencia del régimen cubano por invertir en el sector turístico en detrimento de sectores fundamentales como la salud y la asistencia social, e inclusive el energético.
Según el informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), de enero a junio de 2024 el régimen destinó casi el 40% de sus inversiones a actividades relacionadas con el turismo, mientras que la inversión en Salud y Asistencia Social es 14 veces menor.
El economista cubano Pedro Monreal ha sugerido que sería prudente hacer una "pausa" en la inversión hotelera y redirigir esos recursos hacia otras prioridades, como la mejora de la infraestructura energética y la producción agrícola.
Recientemente se conoció que, en medio de la crítica situación que viven las infraestructuras viarias de la Isla, con carreteras intransitables o plagadas de baches, el régimen cubano destinó las escasas divisas que dice tener, a reparar vías por donde apenas circulan otros vehículos que los autobuses turísticos y autos de renta.
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