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La cantante de jazz y blues Bárbara Dane, madre y abuela de los músicos cubanos Pablo y Osamu Menéndez, falleció el pasado domingo a los 97 años en su hogar en Oakland, California, tras una larga batalla contra una insuficiencia cardíaca.
Pablo Menéndez, uno de sus cuatro hijos, expresó su sentir a través de Facebook con un mensaje sencillo pero contundente: “Paz, amor… y música. Hay que luchar”.
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Por su parte, el cantante cubano Osamu Menéndez lamentó en Facebook la partida de su abuela: “Ayer se fue a otra dimensión mi querida abuela. Gran artista y gran ser humano de este país. Me duele el corazón. Luz para ella siempre”.
Bárbara Dane deja como legado a su hijo con Rolf Cahn, el cantante de folk Jesse Cahn; y a sus hijos con Byron Menéndez: Pablo Menéndez, líder de la banda de rock cubana Mezcla y residente en La Habana, y Nina Menéndez, directora artística del Festival Flamenco Gitano y del Bay Area Flamenco Festival.
Además, su vena artística vive en su nieto, el guitarrista y vocalista habanero Osamu Menéndez, y tres bisnietos.
La familia planea anunciar un memorial en primavera, probablemente en conjunto con su cumpleaños, reportó el portal de noticias San Francisco Chronicle.
La artista, cuyo nombre era Bárbara Jean Spillman, nació el 12 de mayo de 1927 en Detroit, y fue una cantante que destacó por su habilidad para moverse entre géneros tan diversos como el jazz tradicional de Nueva Orleans, el blues de Chicago, los himnos de protesta internacional, el gospel y las baladas folk.
Además de su poderosa voz, Dane fue una guitarrista efectiva, activista por los derechos civiles, dueña de un club y productora discográfica.
Junto a su tercer esposo, el estudioso de la música folk Irwin Silber, fundó Paredon Records, un sello discográfico políticamente orientado que lanzó 50 álbumes, los cuales ahora se encuentran archivados en Smithsonian Folkways.
Guiada por su compromiso con la igualdad racial y las causas de izquierda, Dane tuvo numerosos momentos de reconocimiento que rápidamente se desvanecían, ya que siempre le importó más luchar por la justicia que su “carrera”, una palabra que solía mencionar con un toque de ironía.
Sin embargo, nunca expresó arrepentimiento por haber seguido un camino tan complejo, usando su voz “para ayudar con el complicado proceso de intentar cambiar el mundo”, según relató en una entrevista en 2016 al portal San Francisco Chronicle.
Desde principios de los años 50 hasta mediados de los 90, su carrera se desarrolló principalmente en el Área de la Bahía de San Francisco, Chicago, Los Ángeles y Nueva York, donde ayudó a dar forma a escenas musicales que resonaron en todo el mundo.
En la década de 1960, recorrió un año de gira con Willie Dixon y Memphis Slim como su banda de apoyo, y en 1961 abrió Sugar Hill, un local que dio visibilidad a grandes exponentes del blues en North Beach, San Francisco.
Artistas como Big Mama Thornton, famosa por su versión del éxito “Hound Dog”, se presentaron con regularidad en este club de Broadway, donde Dane compartió escenario con el pianista y corneta Kenny “Good News” Whitson y Wellman Braud, pionero del estilo de bajo caminante en el jazz durante su larga trayectoria en la orquesta de Duke Ellington.
En 1966, Bárbara Dane se convirtió en la primera artista estadounidense en realizar una gira en Cuba después de 1959.
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