El parque de casas móviles Lil’ Abner, en Sweetwater, Miami-Dade, se encuentra en el centro de una controversia tras el anuncio de su cierre definitivo, lo que obligará a 900 familias a abandonar el lugar en mayo de 2025.
La decisión tomó a los residentes por sorpresa. Esto ha generado protestas y ha puesto en evidencia el valor estratégico de los terrenos en una ciudad donde el mercado inmobiliario es cada vez más competitivo y la demanda de vivienda sigue en auge.
Los terrenos del parque de casas móviles Lil’ Abner están en una ubicación codiciada, a pocos minutos de universidades, centros comerciales y otros servicios esenciales en Miami-Dade.
Su proximidad a instituciones educativas como la Universidad Internacional de Florida (FIU) y Miami Dade College, junto a la accesibilidad a importantes centros de tránsito y rutas principales, hace que esta zona tenga un atractivo especial para desarrolladores e inversionistas.
En una ciudad con problemas de acceso a la vivienda asequible y un mercado con precios de alquileres en aumento, los desarrolladores ven en estos terrenos una oportunidad para construir complejos residenciales y comerciales que podrían atender la alta demanda.
Además de su ubicación, el parque cuenta con centros comerciales y servicios de salud en un radio cercano, lo que aumenta su valor como zona residencial.
Tres centros comerciales se encuentran a menos de diez minutos a pie, y el área está conectada con importantes puntos de tránsito, incluido el aeropuerto internacional de Miami, lo que contribuye a la atracción de estos terrenos para nuevos proyectos urbanísticos.
El plan de desarrollo de esta área, como señala la gerencia del parque, incluye viviendas asequibles, instalaciones médicas, un centro comunitario y un parque público. Se espera que traiga beneficios a largo plazo para la comunidad.
Sin embargo, esta visión de futuro no alivia la preocupación inmediata de las 900 familias residentes, muchas de las cuales enfrentan dificultades para encontrar un nuevo hogar que puedan costear en un mercado de rentas disparado.
La administración del parque ha ofrecido incentivos financieros a quienes decidan abandonar la propiedad antes de enero de 2025. No obstante, varios residentes consideran insuficiente la compensación para cubrir los gastos que implica reubicarse en la zona. Aseguran que el desalojo les afecta emocional y económicamente.
A pesar de las promesas de un proyecto urbanístico moderno, el desalojo ha dejado una profunda preocupación en la comunidad, que ve cada vez más difícil mantener un hogar en Miami-Dade.
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