La burocracia cubana ha vuelto a truncar otro proyecto de vida. Cristopher Olivera Santos, el niño huérfano de Bayamo, ha perdido su visa humanitaria porque el régimen cubano tardó en tramitar la custodia legal a favor de su abuela y el visado venció.
El pequeño, de cinco años, lleva tiempo esperando una operación para restituir los daños internos que padece por haber ingerido ácido. Debido a ese incidente se alimenta con una sonda.
Este miércoles Cristopher Olivera sufrió una recaída, estaba deshidratado y fue trasladado al hospital, pero allí no tenían la sonda 22 que necesita. La activista cubana Diasniurka Salcedo pidió ayuda con urgencia, a través de las redes sociales, y el niño recibió la sonda solidariamente (y de forma anónima) en apenas cinco horas.
"Gracias a todos, gracias. No diré nombre. Fueron todos. Gracias por compartir. Cristopher ya tiene las sondas. Está con cefazolina. Es un antibiótico fortísimo. Estará bien, gracias", escribió Diasniurka Salcedo en sus redes sociales.
Fuentes cercanas al niño aseguran que no está de más que le hagan llegar más sondas porque hay que cambiárselas cada quince días hasta que lo operen y eso podría ser dentro de tres o seis meses.
Desde un primer momento se sabía que el proceso legal para obtener todos los permisos para que Cristopher Olivera pudiera viajar al extranjero con su abuela, a operarse, era una odisea. Salcedo trabajó directamente con el abogado que lleva el caso para conseguir cada documento que requiere este expediente, extremadamente sensible por ser el caso de un niño huérfano, abandonado por su mamá, enfermo y cuidado por una anciana.
Para conseguir la custodia legal a favor de la abuela del niño, hubo que presentar certificaciones de nacimiento del menor, de su mamá y el certificado de defunción del padre (que se suicidó); además de declaraciones de testigos; pruebas documentales y resumen médico, entre otros papeles.
El 31 de octubre pasado sólo faltaba que el Tribunal Provincial celebrara la vista oral y se pronunciara a favor de la abuela. La custodia legal no ha llegado a tiempo y al niño se le venció el visado.
En septiembre pasado, también gracias a la solidaridad de los cubanos, Cristopher Olivera se mudó con su abuela a una casa que fue comprada con donativos. La anciana y el niño vivían en condiciones deplorables hasta que las activistas cubanas Michaela Díaz y Diasniurka Salcedo comenzaron a organizar acciones en las redes sociales para ayudarlos.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: