La política de Donald Trump para América Latina en su segundo mandato estará marcada por una línea aún más dura hacia Cuba, especialmente en temas migratorios y de seguridad regional, según ha indicado su asesor y exembajador ante la Organización de los Estados Americanos, el cubanoamericano Carlos Trujillo.
La administración Trump, afirma Trujillo, planea abordar el impacto de la migración cubana y de otros países de la región como parte de un esfuerzo más amplio para controlar los flujos migratorios hacia Estados Unidos.
Migración cubana, centro de la estrategia
Durante su primer mandato, Trump implementó políticas de presión sobre los gobiernos de América Latina, especialmente en el Triángulo Norte de Centroamérica y México, para reducir la migración hacia Estados Unidos.
Trujillo adelanta que, en un segundo mandato, Trump ampliaría su enfoque hacia otros países, incluyendo a Cuba, cuya situación económica y social ha incrementado el éxodo de ciudadanos hacia el norte.
“El objetivo es frenar la migración ilegal y eso implica no solo trabajar con México, sino también con países de Sudamérica y Centroamérica”, dijo Trujillo en declaraciones a NBC, sugiriendo que la administración revisará opciones como acuerdos bilaterales, incentivos económicos y bloqueos migratorios.
Los cruces fronterizos alcanzaron cifras récord en los primeros años de la administración Biden, y aunque las restricciones de asilo implementadas en el verano redujeron el flujo migratorio, el desafío persiste.
La política de Trump podría implicar el retorno a acuerdos de cooperación de asilo, en los cuales los migrantes cubanos y de otros países podrían ser deportados a terceros países antes de solicitar asilo en Estados Unidos.
Cuba y la tensión con Rusia y China
Además de la migración, la administración Trump buscaría reducir la influencia de China y Rusia en el hemisferio occidental, especialmente en países como Cuba, con el que ha fortalecido relaciones en los últimos años.
Según Trujillo, el nuevo gobierno republicano mantendrá una “postura firme” contra los “actos de agresión en nuestro hemisferio” de naciones como China y Rusia, quienes buscan aumentar su presencia militar y económica en América Latina.
Se ha informado, por ejemplo, que China y Cuba podrían estar negociando la creación de un centro de entrenamiento militar conjunto en la isla, lo cual encendió alarmas en Washington.
Además, en el verano de 2023 buques de guerra rusos también atracaron en el puerto de La Habana, en una clara muestra de apoyo del Kremlin al gobierno cubano.
La administración Biden ha expresado preocupación por estos movimientos, y Trujillo sugiere que el gobierno de Trump redoblaría los esfuerzos para limitar la influencia de China y Rusia en Cuba, y en la región en general.
En palabras del exembajador ante la OEA, “la política de Trump no permitirá que Cuba, con el apoyo de potencias extranjeras, comprometa la seguridad de Estados Unidos”.
Impacto en la economía cubana y en las relaciones bilaterales
La situación económica en Cuba se ha visto profundamente afectada en los últimos años, tanto por el endurecimiento de sanciones durante la administración Trump como por los efectos de la pandemia y problemas internos.
Durante su primer mandato, Trump revocó varias de las medidas de apertura hacia Cuba implementadas por Barack Obama, incluyendo la prohibición de vuelos estadounidenses a la mayoría de las ciudades cubanas y restricciones a las remesas.
Antes de dejar la Casa Blanca, también designó a Cuba como “estado patrocinador del terrorismo”, lo cual dificultó aún más las relaciones bilaterales y limitó la entrada de divisas a la isla.
La administración Biden levantó algunas de estas restricciones, permitiendo los vuelos y el envío de remesas, aunque las sanciones económicas de mayor peso siguen vigentes.
Trujillo, de origen cubano, sostuvo que es probable que Trump vuelva a imponer las restricciones en su totalidad, argumentando que “la presión económica es una herramienta efectiva para debilitar el control del Partido Comunista sobre la isla”.
Esta estrategia ha sido criticada por quienes afirman que las sanciones profundizan las penurias del pueblo cubano, sumido en una grave crisis económica que ha generado escasez de alimentos, medicinas y combustible.
Sin embargo, Trujillo defendió la postura de Trump, afirmando que “la presión sobre el gobierno cubano es necesaria para promover un cambio real y evitar la consolidación de regímenes autoritarios en el hemisferio”.
Repercusión en la comunidad cubana en Estados Unidos
El retorno de una administración republicana con un enfoque más restrictivo hacia Cuba y otros países de América Latina podría tener un impacto directo en la comunidad cubana en Estados Unidos.
Las políticas de control migratorio no solo endurecerían las restricciones en la frontera, sino que podrían limitar las opciones de asilo y otros programas de inmigración que actualmente permiten a muchos cubanos ingresar de forma legal al país.
Asimismo, la estrategia de presión económica y diplomática sobre el gobierno cubano podría endurecer las condiciones de vida en la isla, incrementando la presión migratoria.
La política de Trump hacia América Latina podría tener profundas implicaciones en la vida de los cubanos tanto dentro como fuera de la isla.
Mientras algunos apoyan una línea dura contra el gobierno cubano, otros temen que el endurecimiento de las sanciones y las restricciones migratorias terminen afectando más a la población cubana que al liderazgo político.
No obstante, Trujillo elogió la “línea dura” de Trump hacia Cuba, atribuyendo el colapso económico de la isla a las sanciones impuestas por su administración, y calificándola como una estrategia mucho más efectiva que las políticas de apertura hacia el régimen.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: