La carne de cerdo, base de la dieta tradicional y de las festividades en Santiago de Cuba, se ha convertido en un lujo inalcanzable, con precios de hasta 650 pesos por libra, evidenciando tanto la crisis agroalimentaria como la ineficiencia de las estrategias del gobierno provincial para revertir el colapso de la producción porcina.
El oficialista periódico Sierra Maestra, condescendiente con el precio actual de la libra de carne de cerdo —que según fuentes consultadas por CiberCuba roza los 1,000 pesos—, publicó un reportaje que intentó justificar la crisis señalando que esta comenzó con la falta de alimentos y medicamentos para la masa porcina, agravada por la pandemia y el aislamiento económico.
Sin embargo, los problemas estructurales, como la dependencia de insumos externos y la falta de planificación sostenible, han llevado la producción a mínimos históricos.
El portal de noticias, citando al Ministerio de la Agricultura, en 2020 apenas se producían 6,000 toneladas mensuales de carne de cerdo, apenas un tercio de las 17,000 toneladas necesarias para garantizar una oferta estable; en 2024, los indicadores son aún más desalentadores.
A pesar de las recientes promesas del gobierno, lideradas por la primera secretaria del Partido Comunista en Santiago, Beatriz Johnson Urrutia, los resultados siguen siendo insuficientes.
Las medidas anunciadas, como el incremento de piensos líquidos y la recuperación de centros de cría, se enfrentan a obstáculos como la burocracia y la falta de financiamiento oportuno para los productores.
En ese sentido, el gobierno provincial de Santiago de Cuba ha planteado estrategias como la recuperación de los centros multiplicadores, la mejora de la masa básica y la alimentación de los puercos, con un enfoque en el maíz, del cual la provincia es la mayor productora del país.
Sin embargo, la puesta en marcha de estas medidas, que incluye comenzar con solo 1,300 reproductoras, está muy lejos de aprovechar el verdadero potencial del territorio.
“Es muy pronto para evaluar los resultados”, admitió el ganadero Wilfredo Danguillecurt, pero los consumidores no pueden esperar: los precios siguen descontrolados, mientras los planes y estrategias no se traducen en soluciones reales.
El panorama sigue siendo sombrío para los santiagueros, que añoran los tiempos en que la carne de cerdo era un producto accesible.
La recuperación porcina parece más un discurso que una realidad, mientras el puerco asado y los chicharrones se han convertido en recuerdos lejanos para una población que enfrenta precios prohibitivos y una crisis alimentaria sin precedentes.
A comienzos de este año, el precio de la carne de cerdo se disparó a más de 1,000 pesos por libra, consolidándose en un nivel inalcanzable para la mayoría de los cubanos.
Meses después, el precio se mantenía por encima de 1,100 pesos la libra, tras un recorrido por varios agromercados de La Habana.
El constante aumento de precios ha llevado a los vendedores de carne a implementar medidas como la venta de piezas completas de cerdo, como piernas, en lugar de ofrecerla por libra, lo que complica aún más el acceso de las personas a este preciado alimento.
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