El economista cubano Pedro Monreal arremetió contra las recientes declaraciones del ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda, y el enfoque del régimen cubano en priorizar las inversiones en el sector turístico.
En un tuit contundente, Monreal acusó al gobierno de "mentir descaradamente" al intentar justificar una política inversionista que, según él, ha relegado áreas críticas como la seguridad alimentaria, la infraestructura y los servicios básicos.
El comentario de Monreal responde a artículos publicado en medios oficialistas que describen al turismo como la "locomotora de la economía cubana".
Según el ministro García Granda, la planta hotelera de la Isla ha sido renovada, superando las 80,000 habitaciones, con el 75 % clasificadas como de cuatro y cinco estrellas, y gestionadas por 18 cadenas extranjeras.
Sin embargo, el propio ministro reconoció que Cuba no logrará alcanzar su meta de tres millones de turistas en 2024, en un contexto marcado por una baja sostenida en las llegadas de visitantes internacionales.
La crítica de Monreal: un diagnóstico sombrío
Monreal ha sido una voz crítica constante de las políticas económicas del régimen, especialmente su enfoque en el turismo como motor de desarrollo. Según él, los datos oficiales no respaldan la "alucinación" de que el turismo puede rescatar la economía cubana, una narrativa que considera falsa y desproporcionada.
El economista sostiene que el turismo, lejos de ser la solución, ha absorbido recursos que podrían haberse destinado a necesidades urgentes como la producción de alimentos o la mejora de servicios básicos.
El turismo en Cuba ha enfrentado importantes desafíos en los últimos años, incluidos los daños provocados por la pandemia, huracanes y crisis energética.
Aunque García Granda aseguró que las instalaciones estarán listas para la temporada alta, Monreal cuestionó el uso de recursos para este propósito mientras la mayoría de los cubanos enfrentan una aguda crisis de desabastecimiento y pobreza.
¿Una "locomotora" estancada?
A pesar de los esfuerzos del régimen por posicionar al turismo como un sector estratégico, las cifras demuestran una tendencia preocupante.
Según datos recientes del Ministerio de Turismo (MINTUR), Cuba logró atraer menos de 2 millones de visitantes en los primeros diez meses del año, muy lejos de los 4.7 millones alcanzados en 2019.
Esto se debe en parte a factores externos como las sanciones de Estados Unidos, pero también a la falta de competitividad del destino frente a otros países del Caribe.
Además, los informes disponibles reflejan una ocupación hotelera extremadamente baja, con complejos turísticos que operan al 15 % de su capacidad en muchos casos. Esto pone en entredicho la viabilidad de seguir invirtiendo en infraestructura turística mientras sectores esenciales permanecen desatendidos.
Las prioridades en entredicho
La apuesta del régimen por el turismo ha provocado un descontento creciente tanto dentro como fuera de la Isla.
En fechas recientes, la reconocida agencia de viajes canadiense Sunwing Vacations Group decidió retirar 26 hoteles cubanos de su catálogo de ofertas debido a problemas de calidad identificados en comentarios de los clientes. En su lugar promover destinos alternativos en República Dominicana, Bahamas, Honduras y Colombia.
Según Monreal, el enfoque en el turismo ha exacerbado la dependencia económica de Cuba de un sector vulnerable y cíclico, mientras el país enfrenta déficits crónicos en áreas esenciales.
Esta política, afirmó, ha relegado la inversión en infraestructura crítica como la red eléctrica, afectada por constantes apagones, y la producción agrícola, que no logra cubrir las necesidades alimentarias básicas.
Perspectivas inciertas
Con una economía en crisis y una industria turística en declive, las perspectivas para el sector son inciertas. Aunque el régimen apuesta por un repunte en la temporada alta de 2024-2025, los retos estructurales persisten.
El modelo basado en grandes inversiones en hoteles de lujo contrasta con la realidad de una economía que lucha por satisfacer las necesidades básicas de su población.
El comentario de Monreal resume el sentir de muchos críticos: la apuesta del régimen por el turismo es una política desconectada de la realidad que prioriza intereses de la élite del régimen -concentrados en el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA)- mientras descuida a los cubanos de a pie.
En un entorno donde las estadísticas no respaldan las promesas oficiales, la "locomotora de la economía" parece más un tren que avanza hacia el descarrilamiento.
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