El gobierno cubano presume haber duplicado el tráfico de internet en 2024, pero la conectividad sigue limitada por la censura, los altos costos y la baja calidad del servicio gestionado exclusivamente por la estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA).
Según el vocero oficialista Granma, el tráfico de internet en Cuba experimentó un notable incremento, pasando de un promedio de 113,045 Gigabits por segundo (GBPS) en recepción y 16,914 GBPS en transmisión entre enero y noviembre de 2022, a 239,019 GBPS en recepción y 40,605 GBPS en transmisión durante julio de 2024.
El portal de noticias presumió además que los suscriptores de redes digitales en Cuba han alcanzado los 6 millones, un aumento significativo frente a los 4,2 millones registrados en 2022, a pesar de las dificultades generadas con la crisis energética y los cortes de internet que frecuentemente realiza el régimen.
Entre las plataformas más utilizadas se encuentran Facebook y WhatsApp, con 6 millones de usuarios cada una, seguidas de Telegram con 5,9 millones, e Instagram y YouTube con 5,8 millones cada una, mientras que X (antiguo Twitter) cuenta con 4,8 millones de suscriptores.
Además, se destacó que en el país existen 7,9 millones de líneas móviles en servicio, de las cuales 7,2 millones cuentan con acceso a internet, reflejando un incremento en la conectividad móvil a pesar de las limitaciones económicas que enfrenta la población.
El 84 % de los consejos populares en Cuba cuenta con cobertura de telefonía móvil, de los cuales el 50,4 % tiene acceso a 4G y el 87,53 % a 3G, gracias a la instalación de más de 6 000 radiobases en todo el país, informó Granma.
Por otro lado, a pesar del fracaso de la llamada bancarización, el gobierno cubano se jactó de afirmar que existe un incremento en los trámites en línea y en el uso de pagos electrónicos a través de las pasarelas Transfermóvil y EnZona, en gran medida por la constante ausencia del dinero en efectivo en las sucursales bancarias y cajeros automáticos.
Por último, el vocero oficialista Granma cerró su visión del panorama cubano en internet, culpando una vez más a las “agresiones mediáticas” y “campañas digitales” por los problemas del país, en un evidente intento por eludir la responsabilidad del gobierno.
Según el portal web, estas acciones buscan “dañar la imagen del gobierno,” incluso en medio de emergencias como huracanes y sismos, ignorando que el descontento surge de la propia ciudadanía afectada por la crisis y la ineficiencia estatal.
A pesar del discurso triunfalista del régimen cubano, el más reciente informe de la organización no gubernamental Freedom House, que abarcó hasta mayo de 2024, reveló una realidad muy distinta respecto a la libertad de internet en la isla.
Según el documento, la libertad de internet en Cuba permaneció altamente restringida durante el período analizado, con las autoridades intensificando sus esfuerzos represivos para censurar y castigar la disidencia en línea.
La calidad de las conexiones a internet, gestionadas exclusivamente por ETECSA, siguió siendo deficiente.
Además, los altos costos de acceso, agravados por la profunda crisis económica que atraviesa el país, hacen del internet un servicio inaccesible para gran parte de la población.
Este contexto contrasta fuertemente con las afirmaciones del gobierno sobre avances en la conectividad y el uso de tecnologías digitales.
El informe destacó que el régimen cubano respondió a las innovaciones digitales independientes con medidas represivas como el bloqueo de sitios de noticias, amenazas a periodistas digitales y penalizaciones severas por actividades en línea.
Un caso emblemático es el de Mayelín Rodríguez Prado, condenada a 15 años de prisión en abril de 2024 por haber publicado en Facebook imágenes de una protesta ocurrida en agosto de 2022. Este tipo de sanciones refleja un endurecimiento en la criminalización de actividades digitales en el país, señaló Freedom House.
Además, se documentaron interrupciones selectivas de internet en relación con protestas públicas. En marzo de 2024, durante manifestaciones en Santiago de Cuba, se registró al menos una interrupción de la conectividad, un patrón que muestra cómo el régimen utiliza el control del espectro digital como herramienta de represión.
Aunque no se reportaron cortes nacionales intencionados en el período, periodistas independientes, activistas y miembros de la sociedad civil sufrieron restricciones dirigidas a limitar su acceso a internet.
El régimen también se ha esforzado por manipular el espacio de información en línea a su favor. Según Freedom House, esto incluye el uso de troles progubernamentales y campañas de difamación, como la dirigida contra el medio independiente elTOQUE.
Otro ejemplo claro de censura en Cuba es el caso de CiberCuba, que a pesar de la campaña de descrédito desarrollada por el régimen cubano, por diez años "hemos trabajado incansablemente para ser la voz digital de los cubanos, enfrentando retos y superando obstáculos, siempre con la meta de mantener a la audiencia informada de manera objetiva y veraz".
Estas tácticas buscan desacreditar a voces críticas y reforzar la narrativa oficial, mostrando una estrategia integral de control no solo físico, sino también discursivo.
Por otro lado, Freedom House denunció que periodistas, activistas y medios independientes también han sufrido ataques cibernéticos invasivos y disruptivos, incluyendo hackeos de cuentas y métodos más sofisticados de sabotaje digital.
Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de intimidación y vigilancia que busca silenciar a quienes desafían la versión oficial de los hechos en Cuba.
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